La ciudad y los días

carlos / colón

La felicidad de ignorar

ME encantaría escribir, porque queda muy bien, que en las manifestaciones de ayer los trabajadores clamaban contra Rajoy y el PP porque la situación de Andalucía es responsabilidad exclusivamente suya. Me gustaría escribir, porque da pedigrí, que la izquierda crea igualdad y la derecha favorece la desigualdad, la izquierda crea empleo y la derecha planifica sus políticas para que aumente el paro, la izquierda garantiza las condiciones laborales y la derecha se estremece de placer cuando se despide, la izquierda crea miles de empleos de calidad y la derecha disfruta humillando a los trabajadores con empleos precarios, la izquierda crea riqueza repartida y bienestar generalizado, y la derecha trabaja incansablemente para que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres…

Escribiendo así se cortan orejas y rabo en la Maestranza del progrerío y se sale a hombros por la puerta del Presidente de la República (o del ex Príncipe). Pero uno no tiene el talento de Julio Verne para inventar Viajes extraordinarios ni el genio de Tomás Moro para imaginar utopías. ¡Qué se le va a hacer! Y resulta que cuando ayer veía los resúmenes televisivos de las decaídas manifestaciones andaluzas del primero de mayo, y oía lo que decían los líderes sindicales, no podía evitar pensar que las responsabilidades mayores de lo que denunciaban recaían sobre todo, no en el Gobierno central y el PP, sino en la Junta que posee amplias competencias y nos gobierna desde hace casi 40 años.

Hay que tener mucha imaginación para buscar las responsabilidades a quinientos kilómetros de Andalucía cuando se tiene tan cerquita San Telmo. Ya sé que es fácil y agradecido culpar a la derecha (que es culpable por el mero hecho de serlo), aunque jamás haya gobernado nuestra comunidad, y muy desagradable montarle la bronca a los nuestros; porque el último Gobierno andaluz ha estado formado por PSOE-IU y el PSOE gobierna Andalucía desde 1982. Lo que no impidió a Espadas y Maíllo sumarse a la manifestación de ayer.

La izquierda andaluza es nietzscheana y ha hecho suya la máxima de don Friedrich: "Hay muchas cosas que no quiero saber. La sabiduría marca unos límites incluso al conocimiento". Demuestran una sabiduría encomiable. Véase el caso de los manifestantes de ayer protestando contra el PP y no contra la Junta, o el del ex consejero de Empleo que ha dicho "nunca hubo un ERE falso en Andalucía".

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