ESTA frase del profesor Fernando González Laxe sirve para entrar en una de las cuestiones más importantes que se están planteando en Andalucía, en relación con los presupuestos generales del Estado y la conexión por ferrocarril del Puerto de Algeciras. Hace unos días, con ocasión de su visita a Expoquimia, el consejero de Economía, José Sánchez Maldonado, mostraba su preocupación porque la inversión en la línea Algeciras-Bobadilla, que tenía 50 millones de euros en los presupuestos de 2014, no ha sido siquiera licitada, y la misma partida volvía a aparecer en los de 2015. La noticia sobrepasa el ámbito local y se convierte, por su importancia material y como cuestión de principios, en algo esencial para Andalucía. En efecto, esta inversión responde a la lógica de la nueva forma de producción, el nuevo desarrollo distinto a la construcción, el turismo y los servicios, de que tanto hablamos.

En su libro: Geoestrategia portuaria, González Laxe presenta argumentos contundentes sobre la absoluta necesidad de vincular puerto y ferrocarril. Con una base impresionante de información, muestra que los puertos no son puntos aislados de transferencia de cargas, sino de concentración de tráficos. En la Unión Europea se quiere equilibrar el transporte hacia los puertos del Sur, de ahí el corredor mediterráneo que va desde Figueras hasta Algeciras y Sevilla.

Este corredor une el 18% de la superficie española, y el 40% de la población y del producto de la economía. Según esta estrategia, el ferrocarril tendría que absorber mayores cantidades de mercancías, al estar conectado con aeropuertos y puertos, y cerca de ellos se desarrollarían plataformas logísticas; con ello, el área de influencia del puerto, y su capacidad de transferencia de mercancías, se extendería a las zonas interiores de Andalucía. Cambia también la mentalidad de relacionar puerto y ciudad, pues el puerto no es sólo de una ciudad, sino de un entorno, siempre que tenga comunicaciones adecuadas.

El puerto de Algeciras tiene muchas cualidades. De los grandes puertos españoles es el que tiene la rentabilidad más elevada, 4,3 sobre activos propios; y es el número uno por el índice de conectividad, que pondera número de compañías, líneas regulares, tráficos de buques y tonelaje, y vinculación con los puertos internacionales. Su capacidad de competir está fuera de duda, pues atributos como fiabilidad y seguridad, apertura a espacios económicos, escaso solapamiento con áreas económicas limítrofes, contrapesan el precio más bajo de los puertos africanos. Sin embargo, su índice de conexiones terrestres es muy bajo, lo que limita su capacidad de ser un motor aun más potente de nuestra economía.

Si alguna inversión de los presupuestos generales para 2015 resulta imprescindible, es ésta. Y sería una ocasión histórica para que todos los parlamentarios andaluces presentaran una propuesta conjunta de ampliación de la cantidad asignada, y consiguieran un compromiso de ejecución. Si de verdad queremos transformar el modelo productivo andaluz, hay que ser consecuentes y demostrarlo con la herramienta más eficaz posible, que son los presupuestos.