EXTRAORDINARIA noticia la de que el traslado de la Feria al Charco de la Pava queda en suspenso, que lo que en el principio de la especie iba a ser en este 2008 y que luego fue posponiéndose hasta hablarse de 2012 como fecha para el cumplimiento de tamaña esaborición se ha diluido como se diluye el azucarillo en el vaso de agua. No hay caso, ha prevalecido el buen sentido, que rectificar es de sabios como de sabios es no equivocarse. Nunca creí que a la Feria de Sevilla, ese magnífico invento que sirvió para engrandecer la imagen de marca de nuestra ciudad, le viniese bien una expansión ni un traslado, sobre todo a una zona tan inhóspita y poco salubre como la de la orilla del río. Dejémonos de la milonga de las listas en espera de caseta, que la dimensión de ese poblado efímero ya es considerable como para agrandarla. No olvidemos que las ferias desmesuradas ya están inventadas y que el que la copia...