La ciudad y los días

carlos / colón

El fino genio de Olmo

LA Hermandad del Silencio ha hecho por fin justicia a José de Olmo con la espléndida exposición montada en el Salón de la Virgen del Hospital de la Santa Caridad, que reúne casi la totalidad de lo creado por en su taller. Cada año quien sabe de qué va la Semana Santa le hace su justicia particular, admirándose ante el manto de la Virgen de las Lágrimas, el de la Concepción o el palio del Patrocinio. Este último tal vez sea el único que pueda rivalizar en gracia y originalidad con el de la Macarena. Y es lógico que así sea porque el taller de Olmo fue el único que pudo rivalizar en creatividad con el de Juan Manuel. Tuvo la Esperanza su Juan Manuel y su Joselito, y tuvo el Patrocinio su Olmo y su Belmonte. Ahora, gracias a la Hermandad del Silencio, la Fundación Cajasol y la Santa Caridad, además de esta justicia particular que cada año los ojos que saben ver le hacen, se hace justicia universal a Olmo.

Era algo necesario porque, si la rivalidad entre José y Juan quedó en tablas por culpa de Bailaor, tampoco quedó justamente resuelta la que se dio entre Juan Manuel y Olmo. No sólo porque el taller de Olmo tuviera una vida mucho más breve, sino porque la fama y la fecundidad de Juan Manuel oscurecieron las poderosas personalidades que encumbraron este taller: el maestro José de Olmo, la diseñadora Herminia Álvarez Udell y la bordadora Concepción Fernández del Toro. La genialidad de sus pocas obras las hace comparables a las mejores juanmanuelinas.

En la gran exposición montada por Fernando Solano y Álvaro Dávila, actual prioste de la Hermandad del Silencio y de estirpe tan primitiva que debieron tararearle saetillas de Noriega y cantarle coplas de Miguel del Cid en vez de nanas cuando era niño, se despliegan el genio de Olmo y el deslumbrante esplendor de sus piezas singularizadas por una extraordinaria finura y elegancia. Sus diseños y técnicas de bordado las hacen únicas, suntuosas y leves a la vez.

La exposición se realiza "para mayor gloria de Dios y su bendita madre, María Santísima de la Concepción", como dijo en la inauguración Alberto Ybarra, hermano mayor del Silencio, y se inscribe dentro de los actos conmemorativos del cuarto centenario del Voto Concepcionista, por lo que también se incluyen tesoros históricos de la Primitiva Hermandad, como el Libro de Reglas redactado por Mateo Alemán. Gloria Nazarenorum, pues, a mayor honra y fama de Olmo.

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