FERIA Toros en Sevilla hoy en directo | Morante, Castella y Rufo en la Maestranza

Gafas de cerca

josé Ignacio / Rufino

Hasta el fondo

EL Fondo Monetario Internacional es un organismo planetario que, dicho en corto, tiene como objetivo que los intercambios comerciales sean fecundos y estables, pero también tiene como fin fundacional "hacer retroceder la pobreza". No está claro que esto último sea muy prioritario a tenor de algunos resultados de sus intervenciones. Esta semana hemos asistido a algo insólito: el Fondo ha entonado el mea culpa por su acción coordinada con la Comisión Europea y el BCE en Grecia: "No previmos los efectos devastadores de nuestra intervención y las medidas impuestas a cambio del rescate a Grecia", han venido a decir en un informe. ¿En qué pensaron, entonces?, se pregunta uno. El FMI ha hecho examen de conciencia y se ha dolido de sus pecados, concedamos que ha hecho propósito de la enmienda y que ha contado sus pecados a un confesor, la opinión pública. El último requisito de la buena confesión -cumplir la penitencia- no ha sido satisfecho. A modo de penitencia, una buena compensación económica al pueblo griego no estaría nada mal, y no se me rían. Que los gobernantes y no pocos habitantes de Grecia hayan gestionado mal y pirateado mucho a costa del erario público parece un hecho incontrovertible. Pero esto no quita que el castigo haya sido desproporcionado y sus consecuencias, perversas.

Como un hombre que se entera de que su amante ha confesado la infidelidad a su marido sin consultarle a él, la Comisión Europea se ha apresurado a declarar que ve "erróneas e infundadas" las críticas del FMI. Suaviza su sorpresa y rechazo con un pañito caliente, con una coartadilla: "Este es un proceso de aprendizaje. Por supuesto, a posteriori, con la experiencia de tres años y medio, podemos volver atrás y examinar qué podría haberse hecho de forma distinta en un mundo ideal". Alivia que la troika no sea tan rocosa y monocorde, reconforta la disidencia, aunque provenga de una institución cuyas erráticas previsiones económicas transpiren ideología y tengan una alta capacidad de hacer daño a las personas. Ahora, el Fondo reconoce sutilmente haber metido la pata hasta el fondo con Grecia. Y de paso, una entidad de alma yanqui le da una patada en la espinilla al germanismo que tanta caña da afuera, pero que se pone manirroto como cualquiera cuando llegan las elecciones nacionales. Lo mismo que a Grecia hubiera sucedido con España: una condena a ser un satélite pobretón. De repente, un aliado. Y uno muy sorprendente. Bienvenida la autocrítica, por mucho que las advertencias sobre los excesos en el calibre y el ritmo de los recortes fueron muchas. Es una buena noticia, en el fondo.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios