CUANDO el Señor ya esté de vuelta en casa podremos recopilar un montón de instantes con el que redondear un álbum para la historia. Con eso de que hoy todos somos fotógrafos gracias a esa telefonía móvil a la que únicamente le falta adelantarnos el número del cupón, el telefonino se ha colmado de fotos del Gran Poder por rincones insólitos o por otros a contramano que estaba archivado en lo más hondo de la memoria. Por las redes íbamos recibiendo en la excelsa noche del jueves minuto y resultado de la marcha del Señor a la Catedral. Saliendo de San Lorenzo, en la ofrenda floral del Ateneo, imagen plena de nostalgia por el Salvador, enmarcado en la ojiva de la Puerta del Perdón o embocando Matacanónigos con fondo de Giralda para rematar ante el altar del Jubileo. Lástima de que las cámaras no hayan podido recoger el silencio de fervor que rodeó al Señor.
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