Surrealista, anacrónica, arrasada por el paso del tiempo, pero una joya que no había tenido ocasión de contemplar. Embrujo es la primera película de Lola Flores, realizada en plena erupción volcánica de su dúo con Manolo Caracol. Como no llegué a tiempo de verlos en el San Fernando, la obra de Carlos Serrano de Osma, estrenada en 1948, me ha llegado con evidente retraso, pero me ha servido para conocer cómo era el magnetismo que emitía la pareja para enganchar con un patio de butacas subyugado. Fantástica la actuación de Fernán Gómez y testimonial la aparición de una joven María Dolores Pradera, la película no tuvo éxito en su día, pero ha mutado a obra de culto, al descubrimiento de algo que ni siquiera viéndola actualmente da la sensación de haber ocurrido nunca jamás. No es una película que entonces llamara la atención, pero ahora no se la pierda.
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