Entre leones
Alberto Grimaldi
Estado fallido, no; Gobierno indolente
Conocida desde finales del siglo XVII como Plaza de la Gaviria por asentarse en ella un linaje con este apellido de origen vasco, recibiría el nombre de Calatrava en 1868 y de Alfonso XIII desde 1902 a 1931, fecha en la que adquiere definitivamente su título actual de Plaza de la Gavidia por corrupción lingüística de Gaviria. Contenía un espacio de mayores dimensiones hasta mediados del siglo XIX, siendo frecuente la presencia de tiendas de carniceros que también vendían pescado fresco. En la década de los cincuenta del pasado siglo se produce el derribo de varios cuarteles y se abre la plaza contigua de la Concordia, manteniéndose la Capitanía General de la II Región Militar, ocupada hoy por la Consejería de Justicia. El modelo de la estatua de bronce del capitán de artillería Luis Daoíz que la preside desde 1889, héroe del 2 de mayo de 1808, es una obra de Antonio Susillo elevada sobre un pedestal de mármol con dos bellos relieves broncíneos del mismo autor y rodeada por una magnífica verja de fundición con cañones invertidos. La efigie de Daoíz, nacido en una casa hoy inexistente situada en la esquina con la c/ Padre Tarín, pesa unas tres toneladas, alcanza casi cuatro metros de altura y supuso en su tiempo un desembolso de sesenta mil pesetas al Ayuntamiento hispalense. Aún persiste en la ciudad un refrán popular alusivo a su tamaño: “Anda, que tienes más pie que Daoíz”. El enclave tuvo siempre un carácter militar y ahí proclamó el general Queipo de Llano su pronunciamiento contra la república el 18 de julio de 1936 a las trece y cuarenta y cinco horas. Un bello pavimento de losetas de mármol y enchinado en damero cubre su suelo.
La plazuela mostraba antaño palmeras y fresnos, entre otros árboles, poseyendo en la actualidad plátanos de sombra, acacias del Japón y acacias de tres espinas en su parte más externa; cuatro magnolios, catalpas y naranjos se alinean alrededor del monumento. Existen a día de hoy siete alcorques vacíos: tres pertenecían a magnolios que se encontraban sanos poco tiempo atrás, y en otros dos quedan restos de un plátano y de un árbol de gran porte en el lateral norte; todos ellos desaparecidos recientemente por causas inciertas. Parece ser que los magnolios de la Gavidia siguen un camino semejante a los de la plaza hermana de la Concordia, donde ocho ejemplares adultos murieron de forma repentina en julio de 2023 coincidiendo con el comienzo de las obras de rehabilitación de San Hermenegildo, sin que aún se desvele con claridad la razón de tal “infarto” arbóreo múltiple.
La Gavidia es una de las plazas del casco viejo de Sevilla que merece respeto y cuidados por su historia, su arte y su vegetación; incluidos sus magnolios, unos hermosos árboles muy queridos por los sevillanos y que se hallan también en otras plazas céntricas como la del Museo, el Cristo de Burgos, el Duque o la Magdalena. Cuidémoslos y replantemos magnolios en esos alcorques vacíos que ofrecen una lamentable imagen a propios y extraños.
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