DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

César romero

Escritor

Una generación afortunada (I)

Pocas generaciones han tenido tantas ocasiones para demostrar lo que eran como la del 68

Aunque sea cierto el célebre verso de Borges según el cual todos los hombres nacemos en malos tiempos, también lo es que a unos les tocaron peores que a otros. Los actuales siempre parecen malos frente a los pasados, curiosamente más a quienes han vivido ambos que a quienes sólo conocen el presente (a algún anciano que vivió la Guerra Civil y la larga posguerra le ha oído uno decir que las cosas van ahora ¡peor!). Así como hay generaciones tocadas por un mal de ojo, las hay bendecidas desde su misma cuna. En el siglo XX quizá no ha habido una generación más mimada, protagonista de la vida y de sus acontecimientos, con más peso en las decisiones que han conformando nuestro mundo que la que podría llamarse de "mayo del 68" y que, siguiendo la escala propuesta por Julián Marías, incluiría a quienes nacieron entre los años 1939 y 1953, aproximadamente.

Prueben y verán. En España, la generación de políticos que lideró Felipe González en sus sucesivos gobiernos, con un poder democrático que nadie ha ostentado en nuestra Historia, cuya influencia llega hasta hoy, casi un cuarto de siglo después de abandonar la primera línea de mando, y con la que aún, desde tribunas periodísticas, foros o breves reapariciones, se sigue contando. En literatura, pocas generaciones más jaleadas que la de los llamados novísimos, con Gimferrer a la cabeza, con sus libros publicados a los veinte años y más de medio siglo después siguen repartiendo bendiciones y son ya clásicos (alguno, sin apenas obra). En música, qué decir, si a esta generación pertenecen artistas presentes en nuestras vidas hasta el empacho como Raphael, Julio Iglesias o los Serrat, Ríos, Víctor Manuel y Ana Belén, separados o revueltos. En cine, baste citar a Almodóvar. En periodismo, muchos medios siguen regidos por conspicuos integrantes de ella, que llegaron en plena juventud, hace decenios.

Más allá de nuestras fronteras, la nómina de políticos, escritores, músicos, cineastas o periodistas pertenecientes a esta generación que han marcado el rumbo de sus mundos desde la primera juventud es asombrosa. En música: The Beatles, Rolling Stones, Dylan, Queen, Paul Simon, Elton John, Bowie, Lou Reed y un larguísimo etcétera. En cine, Spielberg, Scorsese, Coppola, Pacino, De Niro o Streep, por citar unos pocos. Y en política, cuatro presidentes estadounidenses, nada menos. No quiere uno decir que no cuente con políticos, escritores, músicos, cineastas, etc. de enorme valía, con una obra importante. Los hay, y muchos (pongan los nombres que quieran). Sólo señalar que pocas generaciones han tenido tantas oportunidades para demostrar lo que eran, con tal influencia y bajo los focos desde tan pronto. Y también subrayar que, cuando se presta tanta atención a una generación, es inevitable que se engrandezcan o exageren sus logros, que los tiene, y a veces extraordinarios, y que se cuele como brillante o de primera categoría mucho mediocre de medio pelo que en otra hornada no rascaría bola.

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