MAÑANA debe ser un gran día, principalmente para los que intentamos resistirnos a la fatalista afirmación larriana de que, en España, escribir es llorar. Mañana falla el Ateneo en el Alcázar sus premios de novela bajo el impulso de la editorial Algaida y mañana cumple cuatro años otra editorial sevillanísima, Jirones de Azul. Jirones se ha abierto un hueco importante en el panorama editorial y ha sido el pórtico por el que un buen número de cercanos escritores han visto el milagro de que sus criaturas en negro sobre blanco vean la luz y abran sus páginas de par en par. Se juntan en ese 9 de junio dos hechos provechosos para la literatura con la supervivencia de los premios de novela de nuestro Ateneo y el cumpleaños de la obra de dos hermanas hermosas por fuera y por dentro, con nombres tan soberbios como Esperanza y Rosa. No, no hay por qué llorar sobre la escritura.
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