Muy bien podría firmar esta novela el mismísimo Franz Kafka, pues no puede ser más kafkiana la situación de este pobre país aún llamado España. Un desarrapado con chalet de lujo que no es del Gobierno, Gobierno que no salió de las urnas, negocia los dineros de ese desgraciado país con un delincuente al que han puesto despacho propio en una cárcel cerca de su casa y aquí no pasa nada. Como si fuese la cosa más normal del mundo, el presente y puede que el futuro de esta España se ha puesto en manos de gente poco recomendable mientras que el presidente más o menos legítimo mira hacia otra parte y hasta califica de extrema derecha a cuantos opinan de forma distinta a la suya. Vivimos una situación tan insólita como absurda, de ahí que bien pudiera atribuirse al gran Franz Kafka la autoría del guión que rige la vida de este país tan maltratado.