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la tribuna

José Luis García Del Pueyo

Del hacha a la motosierra

LO único bueno del 2011 es que será mejor que el 2012" decía a principios de año Juan Roig, presidente y propietario de la empresa familiar Mercadona y uno de los mejores empresarios de España. Casi nadie le creyó, y se le tachó de pesimista -aunque con la boca chica-. Roig dejó plantado al presidente del Gobierno en su reunión con la España corporativa en Moncloa, como también hizo Amancio Ortega, el empresario español más exitoso de las últimas décadas y propietario de Inditex, aunque éste envió en su representación a Pablo Isla.

Mercadona -de los pocos casos empresariales españoles estudiado por la Harvard Business School- es posiblemente uno de los mejores ejemplos de cómo algunas empresas han sabido sortear la crisis, tanto que en 2011 casi superará a El Corte Inglés en volumen de facturación. Si Mercadona lo esta consiguiendo, ¿por qué no los demás? Para aproximarse a su éxito las empresas, los autónomos o los profesionales deben estar muy centradas en el cliente, deben escucharlo mucho más. Y ahora el cliente lo que quiere es precio bajo, obtener lo máximo por su dinero y no perder su tiempo ni recursos en añadidos superfluos que en otras épocas se podía permitir.

Tenemos que estar preparados para cambiar nuestro modelo de vida, porque eso es lo que queda para los próximos diez años -o quién sabe si para siempre- y trabajar más y mejor. Luchar por la excelencia y la competitividad con el mundo como teatro de operaciones será nuestro modelo de vida para salir adelante. Y se va a lograr.

Tenemos ejemplos muy buenos en la España corporativa, con Indra, Telefónica, Inditex, Abengoa, BBVA, Santander, Iberdrola, El Corte Inglés, Ferrovial, FCC, Abertis, Gas Natural, Ebro Foods y muchas más que se están creando, están siguiendo a las grandes y serán muy notorias en la próxima década, pero parece que no todos terminan de enterarse.

Entre el 2007 y el 2017, hay una década, el doble de lo que duró la II Guerra Mundial que marcó el nacimiento del actualmente quebrado Estado de bienestar y marcó el comportamiento de los europeos durante muchos, muchos años, hasta que se creó la Comunidad Económica Europea. Como ya nadie se cree ni creerá durante bastante tiempo los cantos de sirenas de los brotes verdes y como hasta al menos el 2017 no veremos algo de luz al final del túnel, para entonces los consumidores españoles habrán cambiado definitivamente sus hábitos. Las empresas que quieran generar beneficios en esta nueva época deberán ser muy exigentes con sus gastos, muy flexibles en sus políticas, muy osadas en sus estrategias, muy leales con sus consumidores, muy transparentes en su gestión corporativa, muy orientadas a las necesidades de los clientes y tremendamente "tecnogolizadas".

Pero, ¿y dónde dejamos a la res publica? Pues o la cambiamos o también, porque de lo contrario, nuestras empresas, autónomos y emprendedores se desesperarán, se desanimarán en su capacidad de emprendimiento y no se solucionará el problema endémico del paro. El insaciable apetito de la res publica no debe ver en ellos sólo una ocasión para recaudar más impuestos, sino una fuente de riqueza social, que es lo que son. Para ello necesitamos la motosierra.

El Estado de malestar en que se ha convertido el otrora de bienestar hay que podarlo con la motosierra que el ministro Pepiño Blanco dice que tiene preparada el PP, más eficaz que el hacha empleada por él desde mayo del año pasado. Sólo así se podrá facilitar el dinamismo y la competitividad que el Estado va a necesitar para servir a sus nuevos clientes. En los próximos años el Estado debe cambiar su tratamiento con los administrados y pasar de ciudadanos a clientes, como en otra época se pasó de súbditos a ciudadanos. Es un paso más en la mejora de la competitividad nacional que no sólo se puede quedar en la esfera de lo empresarial.

En las empresas llevamos cuatro años con el hacha de Pepiño y ahora toca la motosierra para las autonomías, diputaciones, ayuntamientos, y la res publica en general, porque va a ser una cuestión de supervivencia nacional y los clientes lo van a demandar. Necesitamos que venga el nuevo jardinero tras el 20N con una motosierra king size y hacer de la eficacia y eficiencia el santo y seña del nuevo Estado. En ello nos va el futuro.

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