el medio centro

Carlos Izquierdo /

Los hijos de Seve

Gracias a Ballesteros, en los 80 descubrimos que había un extraño deporte en el que no se corría

NO hace ni un mes, cuando Álvaro Quirós terminó coliderando la primera jornada del Masters de Augusta, a todos los que podríamos considerarnos hijos de Seve se nos volvió a encender la luz de la esperanza, la alarma que nos avisa del posible relevo del más grande. La tuvimos con Txema Olazábal, que nos dejó otros dos Masters. Y la mantenemos prendida con Sergio García, otro grande que aún tiene que darnos algún major más. Ese estar siempre pendientes, aunque sea de reojo, del circuito mundial es lo más grande que hizo Severiano Ballesteros: el descubrimiento del golf para toda una generación, aquella de los niños que crecieron en los 80, la de los hijos de Seve.

Perteneciente a la Santísima Trinidad del deporte español, Severiano nos enseñó aquel deporte tan extraño en el que no se corría. Mientras que a Manolo Santana lo conocíamos por las historias de nuestros padres sobre madrugadas en Australia y a Ángel Nieto aún le disfrutábamos en la televisión por aquellos circuitos de Dios, a Sevvy lo descubrimos prácticamente en su nacimiento en el circuito. Con una cobertura algo escasa en aquella época de una sola televisión, pero con el interés extremo que nos embargaba gracias a sus golpes y a su carisma.

Gracias a Severiano Ballesteros supimos qué era un birdie, un eagle y hasta un albatros. Por culpa de Severiano Ballesteros comenzamos a torcer la cabeza para leer la caída de un green e iniciamos un largo romance con los links del British. Severiano Ballesteros nos llevó de la mano a conocer a mitos como Arnold Palmer, Jack Nicklaus o Gary Player y a comprobar que salía ganador de cualquier comparación con ellos. Pero, sobre todo, Severiano Ballesteros, el mejor golfista europeo de todos los tiempos, nos instaló en el cerebro el botón de alarma que en cada Masters o en cada British nos avisa con su posible sucesor… antes de darnos cuenta de que los genios son insustituibles.

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