En Sevilla se aprecian y defienden los barrios históricos: el Centro, Triana, San Bernardo, Nervión... En esas consideraciones nunca entran Los Remedios, para mí un barrio histórico más de Sevilla, aunque sólo sea porque es una crónica veraz de nuestro siglo XX.

Con los años, el barrio ha pasado de ser el lugar donde se implantaban todas las novedades de Sevilla, a tener uno de los mayores índices de envejecimiento de la ciudad. No tiene equipamientos culturales de nivel. Por ejemplo, está fuera de la expansión de los teatros sevillanos.

En general, su caserío está anticuado y pide a gritos mejoras en su edificación. No todo el barrio es la Plaza de Cuba ni mucho menos. Y, además, con el sambenito de barrio feo y ejemplo de mal urbanismo.

Salvo la línea 1 del Metro -y eso porque era el camino más corto para llegar al Aljarafe- y la peatonalización parcial de la calle Asunción, no ha pasado nada en el barrio de Los Remedios desde hace años.

En los últimos días se han acordado pautas de intervención en los terrenos y edificios de la Fábrica de Tabacos de Altadis en Los Remedios. Es la oportunidad de afrontar un proceso de rehabilitación de todo el barrio de Los Remedios.

La ciudad debe ser generosa y pensar en un urbanismo en términos del siglo XXI: escala humana, sostenibilidad, espacios públicos, reutilización del patrimonio edificado, etcétera. Marcar una correcta utilización de la ribera del río.

Ubicar nuevos usos que tengan como referencia toda la ciudad, que hagan que los sevillanos, todos los sevillanos, tengamos que ir a Los Remedios por algún motivo: compras, ocio, actividades culturales, etcétera.

Creo que el barrio que necesita una rehabilitación integral es Los Remedios y la operación urbana de Altadis puede ser un punto de lanzamiento .

Y plantear toda una estrategia de rehabilitación del barrio, de esponjamiento de sus manzanas, bajando la densidad edificable, con nuevos conceptos de viviendas a partir de la reconfiguración de su parcelario si fuera preciso.

Viviendas y equipos que atraigan a las nuevas familias y que rejuvenezca la media de edad de la población. Sector a sector. Manzana a manzana. Calle a calle. Espacio a espacio. Desandando el camino de errores y mezquindades urbanísticas, hasta encontrar el ADN del barrio en los primeros planes urbanísticos de Secundino Zuazo y Fernando García Mercadal en los años veinte del pasado siglo.

Es clara la ocasión que ofrece la fábrica, sus edificios y su entorno para darle una nueva oportunidad al barrio de Los Remedios. No se trata de hacer un nuevo barrio. Se trata de mejorarlo y darle vida desde su propia historia. Y los vecinos de Los Remedios deberían luchar por no perder esta gran oportunidad.