LAS mayorías absolutas se van a terminar en la mayoría de los ayuntamientos de las capitales y núcleos de población más importantes de Andalucía a partir de las elecciones del día 24. Ésta es la conclusión más evidente de los sondeos electorales que publica hoy el Grupo Joly, así como la encuesta del CIS y de las que encargan los propios partidos políticos. Una consecuencia directa de la fragmentación del mapa político operada a nivel nacional y la aparición de dos organizaciones de nuevo cuño, Podemos y Ciudadanos, que desafían el bipartidismo tradicional y vienen con la intención de quedarse en la posición de agentes activos de la vida política. Aunque los pactos poselectorales a nivel local han sido una constante en el escenario andaluz, hay que remontarse a las primeras elecciones municipales democráticas, en 1979, para encontrar un fenómeno de alianzas de la dimensión del que ahora se prevé. Casi sin excepción, PP y PSOE continuarán siendo las dos formaciones con más votos y escaños en los futuros ayuntamientos, pero en la mayoría de las ciudades de la comunidad autónoma ambos se verán obligados a negociar con los dos partidos emergentes para hacer posible la constitución de equipos de gobierno estables. En este sentido, el PSOE andaluz parte con cierta ventaja, puesto que puede alcanzar pactos indistintamente con Podemos o con Ciudadanos, mientras que el Partido Popular se verá constreñido a intentarlo con este último partido, dada su incompatibilidad con el que dirige Pablo Iglesias. Al mismo tiempo, la condición más moderada y menos ideologizada de Ciudadanos le coloca en una posición más favorable que Podemos a la hora de tejer alianzas. Con todo, no conviene obviar que estamos ante un escenario previsiblemente volátil, abierto y cambiante en el que cualquier pacto es posible. Lo único claro es que a partir del 24-M habrá llegado, también a Andalucía, la hora de los pactos.