Servidor de Dios y, si quiere, de usted ha visto una danza repugnante en el mismísimo meollo de la ciudad. En la Plaza Nueva puede verse cómo una familia de ratas aflora por comida en las barbas del Ayuntamiento. Ante la Casa Grande, escenas que bien podrían salir de las páginas de La Peste, la reconocida novela de Albert Camus. Si ya eran habituales las cucarachas en cualquier edificio del centro, ahora la cosa se pone peor en esa escalada de cochambre y dejadez en la que está sumida la vieja ciudad de la gracia que dolorosamente se convirtió en parque temático. Esta suciedad en el duro tiempo que vivimos pone en peligro la salud y viendo esas rollizas ratas campando a sus anchas por el corazón de la ciudad nos vamos a la respuesta del personaje de la novela del Nobel galo, el doctor Rieux, cuando le preguntan si se trata ya de una peste: "Es cuestión de tiempo", dijo.
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