TODAVÍA quedan ocho fechas para el partido de los partidos, lo único que interesa en esta tierra de garbanzos aún llamada España. Se trata del Madrid-Barça del sábado 21 de los corrientes cuando den las seis y cuarto en todos los relojes chamartineros. Bueno, pues a ocho días vista, ni estos bolos preparatorios de la selección y que arrancan con lo que en otro tiempo hubiese paralizado a todo el país, un España-Inglaterra, interesan.

Ni la visita de los pross ni gaitas, aquí la cosa está en si Messi va a llegar a tiempo. En la Ciudad Condal se oculta el estado actual del astro como si se tratase de una documentación confidencial, mientras que en Madrid se intenta sacar pistas con nulo éxito. No hay otra cuestión medianamente interesante en esta cuenta atrás en que la sequía del parón liguero ayuda a incentivarla. Si acaso, alguna basura lanzada por gente que hoza a diario en los muladares más acreditados.

Pero lo que importa es lo que importa y así el panorama ya no se sabe qué aterra más por Concha Espina, si va a ser recuperable ese portero milagro que tanto echaron de menos el domingo pasado o si el mejor jugador del mundo va a llegar a tiempo. Para colmo y por si faltase algún perejil, los coqueteos de Cristiano con Blanc, el jeque y Ferguson están llevando una dosis de inquietud en la corte de un Florentino posiblemente arrepentido de su impertinencia ante el crack.

Mientras corre el tiempo de forma inexorable y con el Virus Fifa paliado por tratarse de las vísperas que son, telediarios y todo tipo de medios no se bajan del carril. Si acaso, lo de Benzema, pero lo del galo no sólo sale por su presunta repercusión delictiva, que también, sino por lo necesitado que está Cristiano de su concurso. Y el tiempo sigue, y en el Sevilla se abre una brecha accionarial mientras siguen echándole basura al Betis, pero es vísperas de Clásico y punto en boca.