La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¿Por qué un joven asesina a 19 niños?

Siendo la posesión de armas una cuestión de crucial importancia, hay otras igual o más importantes

Todo el mundo se ha horrorizado: en Uvalde, Texas, un joven de 18 años ha asesinado a tiros a 19 niños y dos profesoras en un colegio de educación primaria. Con el presidente Biden a la cabeza, se ha vuelto a clamar contra la venta libre de armas. Siendo esta una cuestión de crucial importancia creo que hay otras igual o más importantes. ¿Qué impulsa a un joven de 18 años a asesinar a 19 niños? ¿Qué enfermedad tiene la sociedad estadounidense para que en lo que va de 2022 se hayan producido 215 tiroteos masivos (entendiendo así los indiscriminados que causan más de cuatro víctimas)? ¿Qué mal anida en ella para que no sean infrecuentes los ataques a colegios e institutos (el que se ha producido en Texas es el más grave tras el del colegio de Newton, Connecticut, en el que el 14 de diciembre de 2012 un joven de 20 años asesinó a 20 niños y seis adultos)?

No les sorprenderá saber que Estados Unidos es el país con más armas de fuego per cápita: unas 120 por cada cien habitantes. Pero quizás les sorprenda saber que del total de armas de fuego del mundo el 85% está en manos de civiles y solo el 15% en las de agentes del orden y militares. No les sorprenderá saber que tras Estados Unidos el segundo país con mayor número de armas es Yemen. Pero quizás les sorprenda saber que en Europa, tras Serbia y Montenegro (39,1 armas por cada cien habitantes), entre los diez países con mayor número de armas por habitantes aparezcan Finlandia (32,4), Islandia (31,7), Noruega (28,8) y Suiza (27,6). Aunque los datos oscilan según las fuentes, tienden a coincidir con ligeras variantes en estas cifras.

Lo llamativo es que en los casos de los tres países nórdicos y Suiza no hay correspondencia entre el número de armas en manos de civiles y las muertes producidas por ellas. Por lo tanto, siendo un gravísimo factor el alto número de armas por habitante y una auténtica locura que, como sucede en EEUU cualquier ciudadano pueda comprar las más potentes armas, no debe ignorarse que existe también un importante factor social y educativo. O, mejor, un importante fracaso social y educativo. Que no es nuevo. Y no solo tiene causas socioeconómicas. En los años 50 los sociólogos estadounidenses detectaron el auge de la violencia entre jóvenes de clase media acomodada que inspiró Rebelde sin causa de Ray. De entonces a hoy la situación ha empeorado pavorosamente.

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