el poliedro

José / Ignacio Rufino

El lado oscuro y sus pilas

Como en la película 'La guerra de las Galaxias', en economía hay también soldados de la luz y de oscuridad

EL bien y el mal, la dualidad enfrentada, configura un esquema clave -aunque maleable en cada conciencia- para interpretar la vida, el comportamiento de las personas y la propia Historia humana. Nuestro perro de presa dentro del partido político, el leñero oficial del equipo, el payaso malvado y el poli sin piedad van de la mano de la cara amable entre los correligionarios, del Butragueño exquisito y hasta empalagoso, del Charile Rivel calvo y loquito, del agente de color o gordito que atempera a Harry el sucio: la vida misma; sin mal no habría bien, o eso nos vienen a enseñar desde pequeños. En La guerra de las galaxias, película cult y fuente de merchandising y friquis donde las haya, el Lado Luminoso de la Fuerza se asocia a la creación y la vida y a quienes se encuentran en él, gente "con valores", compasiva y vulnerable, mientras que el Lado Oscuro produce muerte y destrucción, y sus soldados son siniestros e implacables. El Lado Oscuro, además, engancha, como engancha a la gente la codicia y el poder rápido y en vena. En el mundo económico y de las empresas también nos topamos de vez en cuando con representantes de un lado y otro.

El Lado Luminoso. Richard Buckminster Fuller, aparte de tener un nombre de una vez, fue un diseñador e inventor visionario estadounidense que, además, en economía y otras disciplinas es reconocido por ser un puntal en la teoría de sistemas. Cuando la tecnología digital estaba en pañales, él dijo esto: "Ahora es altamente factible cuidar a todo el mundo en la tierra proporcionando a la gente a un nivel de vida que superior al que hubieran conocido en su vida. Ya no tiene sentido el tú contra mí. El egoísmo es innecesario y a partir de ahora puede ser descartado como principio de supervivencia". En esa misma línea que se enfoca a la eficiencia en el uso de los recursos y a un mandato humanitario ecuménico, el documental Zeitgeist, rodado por Peter Joseph en 2007, afirma que es posible una sociedad justa y abundante con la tecnología y recursos disponibles, sin necesidad prácticamente de trabajar. Es el trajín del intercambio y la lucha comercial, según Zeitgeist, lo que maltrata a grandes capas de la población de la tierra. La diferencia con Buckminster es que éste, hasta donde uno sabe, no propone la férrea planificación centralizada para lograr el paraíso y la justicia en la Tierra, y Zeitgeist sí. Pero en ambas propuestas hay luz. Otra cosa es si esa luz es producto de la alucinación, o si de verdad tal cosa es de veras factible.

El Lado Oscuro. Quizá usted como yo cree que Tesla, fabricante de coches eléctricos viables y baterías apilables del futuro, es una esperanza y una alternativa para la producción y consumo de la energía en el planeta, y por eso los lobbies energéticos lo temen como a vara verde. Su inventor e impulsor empresarial vive en Silicon Valley, y es un joven genio de la tecnología y la empresa. Se llama Musk, que por cierto significa almizcle. Hasta ahí, luminoso: nunca mejor dicho. Pero el triunfo arrollador en la vida es muchas veces incompatible con el equilibrio, la mesura, la humildad e incluso con la sensatez: Memento mori, le repetía el ilota a César triunfante; bájate del carro. Digo esto porque Musk afirma que" las vacaciones son malas para la salud". Él ha dicho esto: "Si uno quiere cambiar el mundo no puede tomarse tiempo libre ni para ir a ver a su hijo recién nacido". Realmente, y arriesgando ser injusto si quiso decir otra cosa, se puede ser a la vez un genio y un gilipollas. Creerse Dios es un claro síntoma de este cóctel contradictorio. Gente siniestra, rodeada del relumbrón de los illuminati y del polvo de las estrellas. Si nos vas a salvar, Musk, no nos metas miedo yéndote hacia el lado oscuro.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios