Buena forma de cerrar la temporada, pues si se abre con la suntuosidad del Domingo de Resurrección, no estaba bien que el otoño avanzase sin un cierre como merece la plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Se dice que la causa de que el 12 de octubre permaneciera cerrado el santuario era que los toreros le hacían ascos a dicha fecha en Sevilla. Lo cierto es que no era lógico que el curso se clausurase a cencerros tapados y es de agradecer que la fórmula de un festival de tronío se haya impuesto. Ha sido el pasado año y éste al rebufo del tirón de señeras hermandades con la Macarena abriendo el fuego y con dos corporaciones hermanas como el Baratillo y la Esperanza de Triana para el cierre de este curso. Parece que el Gran Poder ha pedido la venia para el tercero y se cuenta que la lista de cofradías a la espera le da ya la vuelta a la plaza. A ver qué pasa.