La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) augura un buen arranque de Semana Santa con predominio de cielos poco nubosos con algunos intervalos de nubes altas, que serán más generalizados el lunes. Las temperaturas máximas bajarán de forma considerable a partir de hoy, mientras que las mínimas no lo harán hasta mañana. Hará por tanto menos calor que estos días pasados, por lo que será recomendable llevar alguna ropa de abrigo. Sobre todo, una vez que anochezca.

Esta situación se mantendrá hasta la noche del Lunes Santo. En la madrugada del martes no se descarta que pueda caer algún chubasco "de carácter disperso y ocasional". Así lo confirma el meteorólogo Juan de Dios del Pino. Esto se debe a la entrada de un frente poco activo que provocará que el riesgo de precipitaciones se sitúe en un 35%. No obstante, la mayor posibilidad es durante la madrugada, siendo el resto de la jornada bastante estable. Dicho pronóstico también se puede aplicar al Miércoles Santo. Si bien en anteriores informaciones se vaticinaba un 50% de probabilidad de lluvia para este día, las últimas predicciones de la AEMET reducen a un 35% esta posibilidad.

Hasta aquí el pronóstico tiene bastante certeza. Desde el jueves, las predicciones son más inciertas debido a la presencia de un embolsamiento de aire frío en las capas medias de la atmósfera que marcará la evolución meteorológica. Desde la AEMET se plantean dos escenarios posibles: que la parte más activa se desplace hacia el Mediterráneo o que se aleje hacia las Canarias. En ambos casos no se descartan precipitaciones en las provincias de Andalucía Occidental, cuya probabilidad para el Jueves Santo es de un 30%. Las temperaturas se mantendrán hasta entonces en la misma tónica anunciada para el Domingo de Ramos.

Por su parte, la web norteamericana www.weather.com rebaja a un 10% el riesgo de lluvia a partir del Martes Santo, qu e tan sólo aumenta hasta un 40% durante la jornada del Jueves Santo.

JORNADA la de hoy para perderse en los mil y un detalles de San Juan de la Palma, cubos con claveles bañados en agua desde primera hora de la tarde, puerta ojival por la que colarse entre la bulla, Niño Jesús vestido de nazarenito, vitrina con la histórica fotografía con el pelo sin cubrir, esquinita desde la que se ven perfectamente los anillos de Herodes, ángeles brillantes, como acabados de salir del taller, entre los varales, ciudad que bulle por las esquinas, runrún de vísperas y pronósticos del tiempo que indican que, por fin, el Domingo de Ramos no estará sumido en la incertidumbre.