CUANDO la vida te depara longevidad el ruego es que llegue como una suerte, con una mínima dependencia y con la cabeza lúcida. Igual que ha llegado a la frontera nonagenaria don Manuel Clavero, ese prócer que ha de soportar el sambenito de aquel café para todos considerado por muchos como el origen de todos estos dislates que estamos soportando. La descentralización que él logró que llegase también a Andalucía hubiera sido una gran herramienta para un futuro lógicamente de progreso. En lo que no caía don Manuel es en el uso que iba a hacerse de ese instrumental y en cómo Rinconete y Cortadillo iban a reaparecer cuatrocientos años después de su nacimiento. Y viéndolo, y disfrutándolo en cada conversación, y en los encuentros cada vez más espaciados, sólo cabe decir que dónde hay que firmar para llegar a esa frontera longeva como ha llegado él.
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