Plaza nueva

Luis Carlos Peris

Ante el lunes más marrón

LUNES además. Por si fuera poco lo que significa el día de hoy para todos esos que padecen el síndrome postvacacional, resulta que si no quieres caldo, dos tazas. Coincide el regreso al tajo con el peor día de la semana para paliar esa crisis que suscita el retorno a la cruda y durísima realidad; lunes por si no fuese bastante lo de que te toquen diana para llegar a buena hora al puesto de trabajo. Ha pasado agosto muy rápidamente para los que andaban vacando y con menos prisas para los que ya estábamos a pie de ordenador. Bueno, a pie de ordenador estamos siempre, pero quien la lleva la entiende y sé lo que me digo. Pasó agosto con su secuela de calores y de muerte, mucha muerte, demasiada muerte en las carreteras por mucho que recomienden no conducir si bebes y demás eslóganes. Pero este agosto que ayer doblaba en las tablas definitivas pasará a los anales como el de la catástrofe de Barajas.

También pasará como el de mayor caudal de periodismo amarillo que vieron los siglos. Aquel titular que contaba en tipos de grueso calibre "La crisis de Spanair mata a más de 150 personas" puede considerarse como una síntesis del periodismo más amarillo. Mejor decir el pecado y obviar al pecador, que tampoco es cosa de hacerle el juego a los que con tal de vender periódicos son capaces de lo que sea. Y luego, cuántas tertulias de especuladores de las palabras y de unas ideas que elevan a definitivas cuando suenan a indiscutible masturbación mental. Con los cadáveres aún calientes hablaban y hablaban con una autoridad y una suficiencia que no más parecía que en vez de tertulianos eran miembros del pasaje, supervivientes que sabían con todo lujo de detalles qué había pasado desde que el avión embocó la pista de rodadura hasta que terminó como terminó, incendiado en una vaguada del Jarama.

Ni siquiera el ya oficializado crecimiento casi nulo de nuestra economía puede quitarle focos al 20-A. Afortunadamente, la marea amarilla ha ido aminorando y la avalancha de especulaciones ha perdido caudal, pero... Mientras lo que parecía imposible, identificar a la totalidad de las víctimas, ya no lo es y ha aparecido otra especie que no ayuda en nada a que la vida recobre algo de su naturalidad. En estos últimos días, no hay un solo telediario en el que no se refleje alguna incidencia de la aviación comercial. Un avión desviado por una alarma que resultó infundada, un pasajero que obliga a un aterrizaje de emergencia por una crisis de ansiedad, cualquier menudencia de las muchas que pasan desapercibidas en tiempos de normalidad y que encuentran acomodo destacado en los informativos. Pasó agosto, un agosto más sangriento que el de Hemingway, y llega septiembre; para colmo, en lunes.

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