la tribuna económica

Rogelio / Velasco

¿Quién manda aquí?

NATURALMENTE, no van a decir nada que respalde las dudas y las decisiones que adopten los mercados financieros, pero resultan ya casi cómicas, si no fuera por el dramatismo de la situación, las declaraciones de Durao Barroso afirmando que no hay ninguna razón para el alza en las primas de riesgo de Italia y España, mientras los muros se están desmoronando en la propia sala en donde se pronuncia. El presidente Van Ronpuy está desaparecido de la escena. Al Eurogrupo ni siquiera se le convoca a reuniones clave para decidir sobre el volumen del fondo de ayuda a los países en dificultades. Trichet realiza unas declaraciones que crean aún mayor confusión. Son Merkel y Sarkozy, tomando café, los que toman las grandes decisiones. Con este entramado institucional, ¿cómo vamos a esperar salir de la crisis?

Al otro lado del Atlántico las cosas no están mucho mejor, a pesar de contar con una estructura fiscal federal. El liderazgo de Obama quizás esté flaqueando, pero también ha sido sometido a un chantaje en toda regla limitando su capacidad de actuación. La puntilla la dio Standard & Poor's rebajando la calificación crediticia del Gobierno de EEUU.

En otras geográficas, los países o no tienen influencia o carecen todavía de carta de naturaleza para liderar nada. Entre los primeros, India y Brasil no tienen ni tamaño ni influencia mas allá de algunos países limítrofes. China es una dictadura de la que desconfiamos y a la que tememos. ¿Quién queda disponible? Nadie al mando con capacidad para influir en un cambio en las relaciones económicas internacionales. Es el G-0.

Los datos de crecimiento del primer semestre del año han sido malos en ambas orillas. Y de acuerdo con el esquema seguido hasta ahora, el Gobierno de Barack Obama tiene cada vez más difícil continuar suministrando estímulos para relanzar la actividad.

S&P tiene razón, en este caso, cuando acusa de política fiscal improvisada e incoherente a la que se deriva del acuerdo alcanzado. Elevar el techo de gasto y establecer recortes en las actuales circunstancias conduce a un callejón sin salida. Mucho más si, como parecen indicar los últimos datos, ni en EEUU ni en la Unión Europea la actividad expansiva va a continuar a un ritmo sostenido que genere empleo y confianza en el futuro. Si los desequilibrios comerciales entre grandes países emergentes y occidentales no se reducen sustancialmente, EEUU no podrá resolver el problema del enorme déficit publico. China y Japón continuarán siendo sus banqueros, a pesar del menor rating. En otro caso, ¿dónde iría el dinero? En Europa, la debilidad institucional continuará alimentando la desconfianza de los mercados.

Pero ni en España ni en el resto de países en dificultades las debilidades institucionales de la UE o la falta de liderazgo internacional deben servir de excusa para no continuar con políticas reformistas que mejoren sus capacidades competitivas.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios