Crónica personal

Pilar Cernuda

De la mano

ZAPATERO presentó una imagen tan preocupante como la del martes en Bruselas cuando convocó una rueda de prensa para intentar que parasen los rumores que apuntaban que España se encontraba en una situación insostenible económicamente. Por primera vez desde que es presidente, ha aparecido verdaderamente tocado, incluso anímicamente, incapaz de pronunciar una sola palabra positiva respecto a la economía, alejado completamente de su irritante optimismo funcional. Era como si de golpe fuera consciente de la crisis, y se le vio abatido, parco en su expresión, cargado de hombros, hundido.

Para Rajoy no ha sido difícil el diálogo en Moncloa, no tenía delante a un presidente arrogante y despectivo, como en otras ocasiones, sino alguien que con los ojos pedía ayuda. Un Zapatero agobiado por los datos, angustiado por las cifras de desempleo, extremadamente preocupado por las críticas unánimes que recibe desde todos los sectores, incluidos los que hasta ahora le eran afines.

Zapatero necesitaba desesperadamente llegar a algún tipo de acuerdo con el líder de la oposición para recomponer su deteriorada imagen y para dar credibilidad a algunas medidas de tipo económico, y Rajoy necesitaba, menos desesperadamente pero lo necesitaba también, quitarse de encima la imagen de irresponsable que ha calado en algunos sectores deseosos siempre de creer a pies juntillas lo que dicen desde determinadas áreas socialistas, que tratan de salvar la cara de Zapatero acusando a Rajoy de pensar más en su estrategia electoral que en la necesidad de defender los intereses de los españoles.

Ha sido, por tanto, una reunión importante para los dos políticos. Esta vez sí han ido de la mano. Sólo han hablado de economía, pero es que todo lo que ocurre en estos momentos en España está directamente relacionado con la economía, así que no tenía sentido abordar cuestiones que están en el debate político pero que a los ciudadanos les importa poco, como la polémica sobre el Estatuto de Cataluña o la renovación del Tribunal Constitucional.

No se conocen los términos en que han cambiado impresiones sobre la reforma laboral, que es una cuestión prioritaria para Rajoy. Zapatero la ha dejado en manos de sindicatos y empresarios, pero el ministro Corbacho ya ha anunciado que el Gobierno implantará la reforma que considere oportuna si en breve las negociaciones entre los agentes sociales no llegan a buen puerto.

La reforma de las cajas es fundamental, es básica la reestructuración y que el proceso de fusiones en marcha culmine antes del 30 de junio, para acceder a las prestaciones del FROB. Si Gobierno y PP empujan a quienes discuten las distintas fusiones, será más fácil cumplir.

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