Las dos orillas

josé Joaquín / león

La mayoría falsificada

UNO de los problemas para formar Gobierno en España es que la mayoría absoluta está falsificada. Se actúa como si los diputados independentistas de Cataluña y el País Vasco no existieran. Ciertamente, no suman para alcanzar la mayoría absoluta, pero restan para conseguirla. El bipartidismo no es lo que era y quedan lejos las victorias apabullantes. No obstante, Mariano Rajoy alcanzó una mayoría moral con 170 votos, al conseguir el apoyo de Ciudadanos y de Coalición Canaria, además de los diputados del PP. Hubiera sido razonable que el PSOE se abstuviera para permitirle gobernar y ejercer la oposición. Descontando a los independentistas, Rajoy tenía mayoría absoluta.

¿Se puede restar a los independentistas? Si no se les puede sumar, parecería lo más lógico. Así no se distorsionarían las cuentas, desde un punto de vista de pragmatismo político. En el Congreso hay 350 diputados, por lo que la mayoría absoluta está cifrada en 176. En condiciones normales, se necesitarían esos apoyos. Sin embargo, resulta que ERC tiene 9 escaños y CDC consiguió 8, además de los dos de Bildu. En total, son 19 escaños que sólo cuentan en contra, a los que algunos añaden los 5 del PNV, con evidente exageración. Si se descontaran los 19 escaños independentistas (sin incluir a los nacionalistas vascos) resultaría que el Congreso tiene 331 escaños, por lo que la mayoría absoluta sería de 166 escaños.

Rajoy superó los 166 escaños en las dos votaciones. Por lo que se puede decir que consiguió esa mayoría moral de la Cámara, sin contar el independentismo. Por supuesto, la afirmación tiene trampa, ya que esos 19 escaños bloqueados por los independentistas son legales y legítimos, también han sido elegidos en las urnas. Ahí entra la inteligencia de los partidos con responsabilidad. Para normalizar lo anormal se pudo recurrir a una abstención técnica.

Lo anormal es que el independentismo de Cataluña sea una de las claves en la situación política que padecemos. Ya lo escribí antes: si Cataluña fuera independiente, en estos momentos habría Gobierno en España. Y, como no pueden (ni deben) alcanzar la independencia, es un problema muy grave, que deben resolver PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos. O sin Podemos, si insisten en lo imposible. Mantener ese conflicto enquistado es otra consecuencia del actual disparate político. En ERC y CDC están contentísimos: en este río revuelto impiden un Gobierno estable en España, por lo que llevan todas las de ganar.

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