Las dos orillas

José Joaquín León

El medidor de bullas

HOY las ciencias adelantan que es una barbaridad… Entre los inventos que más han dado que hablar en los últimos tiempos está el medidor de manifestaciones que estrenó el pasado fin de semana la agencia Efe, ideado por una empresa llamada Lynce. No sabemos si pronto estará tan protegida como el lynce ybérico, después de llegar a la conclusión de que a la manifestación del aborto no habían asistido dos millones de personas, como decían los organizadores; ni tampoco 1,2 millones, como indicó la Comunidad de Madrid; ni siquiera 250.000, como calculó la Policía; sino 55.316, para ser más exactos.

Sorprendió mucho que el medidor se estrenara precisamente en ese día y con ese motivo, pero los responsables del invento técnico-científico dicen que ya estaba ensayado. A saber, que a la manifestación del Orgullo Gay tampoco asistieron un millón y medio de manifestantes, como dijeron los organizadores en su día, orgullosos por el éxito gay, sino 58.171. No obstante, reconocen que pudo existir un pequeño margen de error en la del aborto, y que no hubiera 55.316, pero nunca superarían los 63.000.

Este invento, que incluyó un zepelín, cuatro cámaras de fotos y dos de vídeo, se debería extender, una vez que se acote su precisión para no equivocarte en 8.000 de más o de menos por cada 55.316. Sería de mucha utilidad que el Ayuntamiento de Sevilla incorpore este sistema a su división audiovisual para medir con finura todas las bullas. Imagínese para la Semana Santa. No haría falta tener a Jiménez Sampedro o a los consejeros contando nazarenos en la Campana, sino que con este artilugio se captaría que por allí pasó La Estrella con tantos y La Macarena con cuantos, y eso es lo que hay. También se podría especificar cuántos había en la bulla de Reyes Católicos en la Madrugada.

Sería estupendo para las manifestaciones locales. Así se vería que, en las marchas a favor de cualquier cosa, no hay 500 manifestantes como dicen los organizadores, sino 47 y un turista que pasaba por allí. Por no hablar de las concentraciones en la Plaza Nueva de los gremios y barrios. Así cambiaría la visión de las cosas y los diarios titularían: "Una manifestación para protestar por la peatonalización convoca a 168 personas", en vez de poner que había mil, según los organizadores, que cuentan grosso modo.

Y no veas si nuestras autoridades utilizan el medidor de bullas para las manifestaciones del 1 de mayo. La carita que se le podría quedar a Manuel Pastrana y Francisco Carbonero, por no hablar de los sindicatos minoritarios que convocan a 18 manifestantes (300 según los organizadores). Este medidor de bullas, bien manejado, puede ser un arma de destrucción masiva.

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