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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El mejor aplauso son los hechos

A los médicos hay que aplaudirles, cuando esto pase, también todos los días. Pero con actitudes y hechos

A los médicos y al personal sanitario hay que aplaudirles todos los días, no sólo estos terribles en los que se juegan su salud e incluso su vida (anteayer se conoció la primera muerte en España de un sanitario: una enfermera vasca). Y hay que aplaudirles -ahora y cuando esto pase- con actitudes y hechos. Por parte de los ciudadanos, con respeto. Estos días de merecidos aplausos hay que recordar -y aprender de ello, que en las desgracias hay lección- que sólo hace 10 días se celebró el Día Europeo Contra las Agresiones a Sanitarios y los Colegios de Médicos Andaluces hicieron público el balance de 2019: un incremento de 46 nuevos casos frente a los registrados el año anterior, pasándose de 124 en 2018 a 170 en 2019, lo que supone un incremento del 37%.

En cuanto a las autoridades, el aplauso cuando vuelva la normalidad está claro: medios y organización. Lo primero depende exclusivamente de la voluntad política, de la prioridad en los presupuestos dando preferencia a lo urgente y necesario sobre lo superfluo. Los informes estadísticos de la UE señalan que el gasto sanitario en España es inferior a la media europea, que "pese a que el número de médicos, enfermeros y otras personas empleadas en el sistema nacional de salud ha aumentado en los últimos años, una parte importante de ellos tienen contratos temporales, lo que aumenta la tasa de rotación del personal", que existe "una inquietud creciente sobre la escasez de enfermeros y médicos, en particular de médicos de familia, ya que muchos se aproximan a la edad de jubilación" y que "falta de una visión clara y compartida entre las autoridades educativas y sanitarias sobre las necesidades a medio y largo plazo".

Pero también se valora "la existencia de políticas sanitarias sólidas y la eficacia del sistema sanitario". Supongo que entre unas y otras realidades se sitúan como elementos equilibradores lo que de bueno hayan hecho las administraciones y sobre todo la profesionalidad vocacional e incluso el sacrificio diario del personal sanitario compensando carencias o disfunciones. Remédiense, cuando pasen estos días terribles. Se puede esperar de ellos el heroísmo en situaciones tan críticas como la actual, y se le agradece y aplaude con admiración. Pero en la normalidad no se les puede exigir el heroísmo diario de afrontar situaciones subsanables pagando el alto precio del desánimo que erosiona su vocación.

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