LA adolescencia de uno de los psicópatas más peligrosos y trastornados de la historia del cine llevada con mesura a la televisión. Los seguidores de Hitchcock no ladean la cabeza ante la introspectiva que Anthony Cipriano realiza de Norman Bates, el personaje que en su día interpretó Anthony Perkins en Psicosis bajo la batuta del maestro del thriller psicológico.

Bates Motel se revela como una precuela dispuesta a retratar en la intimidad la evolución de su protagonista y la extraña e inquietante relación con su madre, donde Vera Farmiga ejecuta su papel con meticulosidad hasta ser poseída por su personaje, que realiza una transformación sobresaliente.

La estética toma elementos de American Horror Story, pero mientras que la obra de Murphy se apoya en el terror visual, Bates Motel juega más con el psicológico, y prueba de ese pavor que intenta transmitir se refleja en una atmósfera lúgubre y el sombrío vínculo entre madre e hijo. No obstante, la ficción tarda en responder porque mantiene un ritmo sosegado, interrumpido por lo sobresaltos que aporta el guión en situaciones donde el pánico se apodera de los personajes y el espectador, que se sentirán en varias ocasiones dentro de una prisión mental, la misma que vive Norman por culpa de su progenitora, pues su carácter es un imán para atraer los problemas y las soluciones que aporta no son para nada ortodoxas. El desequilibrio de una familia golpeada por la tragedia sirve como pretexto para encaminar este thriller hacia el entretenimiento, con un ingrediente muy importante: la intriga.

Junto a Vera Farmiga, interpretando a su hijo Norman, se encuentra el protagonista de Charlie y la Fábrica de chocolate, el niño y ahora enjuto adolescente Freddie Higmore. La inocencia se asienta en un rostro que lo dice todo y donde las expresiones juegan un papel muy importante a la hora de proporcionar credibilidad a una trama que pone ahínco en la configuración de una mente perversa y trastornada. Los secundarios, como Max Thieriot (Chloe) y el conocido Nestor Carbonnel (Lost), completan con interpretaciones herméticas un elenco suficiente.

Otorgarle un notable a la serie que emite la cadena A&E sería muy pretencioso porque carece de confianza, fuerza y sólo se centra en la relación de dependencia entre Norma y su hijo. Por si fuera poco, Bates Motel se adentra en un camino sinuoso, en el que pierde su esencia por imitar a American Horror, del que consigue salir en su segunda temporada.

El terror psicológico es la base de la obra de Cipriano en un confuso homenaje a Psicosis para indagar en los sentimientos y la mente del personaje basado en el asesino en serie Ed Gein.