La campana

José Joaquín León

Los méritos del pregonero

EL Pregón de la Semana Santa más esperado desde hace décadas se dirá en el día más inapropiado de los últimos tiempos. Pese a la ocurrencia electoral de Zapatero, que anunció Chaves, el Pregón ha tenido suerte. Si no llega a ser porque le toca el turno a Antonio Burgos, el acto de este año hubiera pasado casi desapercibido. Pero hay ganas de oír una intervención que será histórica. Parecía imposible que este pregonero se pusiera ante el atril y se intuía que se quedaría para siempre en la cofradía seria de los que pudieron ser y no fueron, aunque lo dejaron escrito en sus prosas y sus versos: la lista de los Rafaeles (Laffón, De León, Montesinos), Juan Sierra y tantos otros que no lo han sido, pero han legado obras de culto para el recuerdo, funciones principales de la literatura cofradiera que no tuvieron besamanos el Domingo de Pasión.

A estas alturas sólo hay que mirar hacia delante. Los méritos del pregonero son tan abrumadores que nadie se los puede discutir. Baste recordar un detalle: cuando algunos capillitas no conocían más morcilla que la de Burgos, este Burgos, don Antonio, escribió un libro titulado Folklore de las cofradías de Sevilla, con el que algunos supieron que había otras morcillas, las de los costaleros. Y a partir de ahí, no por casualidad, empezaron a proliferar cuadrillas de hermanos, se incorporó una nueva generación y hasta entraron otras clases sociales en las trabajaderas.

Este pregonero ha ayudado a abrir muchos ojos para ver la Semana Santa de otro modo. Y sólo por eso no necesitaba el Pregón para engrandecer su palmarés, que ya era grandioso con lo que tiene publicado, sino que era la Sevilla cofradiera la que lo necesitaba. Pues con él muchos han aprendido a encontrar el camino más corto, oyendo al muñidor de la Mortaja, viendo las manos del Señor, sintiendo a la Esperanza sola, siguiendo al último armao en San Lorenzo…

Hoy es jornada de reflexión, pese a ETA. La ciudad, sosegada y en calma, como en las horas mágicas de la espera del gozo, está en el último tramo del tiempo cuaresmal para que le llegue el evangelio apócrifo sevillano de la Semana Santa según Antonio Burgos, por fin en vivo y en directo. En 2008 hay una gran novedad: será mañana, después del Pregón, cuando empiece la nostalgia.

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