Las últimas encuestas publicadas se parecen a las del CIS. Tanto criticar a Tezanos y al final va a tener razón. O no. También es verdad que algunas encuestas se fían mucho del CIS, ya que una empresita que hace 500 entrevistas para decidir los escaños de toda España tiene la misma fiabilidad que si se las inventa. Algunas encuestas funcionan como fake news, que diría Pablo Casado, y a veces marcan modas y tendencias. Por eso llama la atención el declive del modelo andaluz (el pacto entre PP y Ciudadanos para gobernar, con Vox por fuera), al que hace tres semanas daban más del 50% de los votos en España y ahora parece que va a menos.

El modelo ganador de las elecciones saldrá de la batalla por los votos de centro entre Ciudadanos y el PP frente al PSOE. Pablo Casado convive con la dificultad de navegar entre el centro y la derecha extrema, y con el peligro de no dejar claras las diferencias, por encima de las utilidades matemáticas del voto. Por su parte, Albert Rivera debe entender que para un Gobierno de centro, con el PP de socio, su principal misión es que Pedro Sánchez no recupere el voto del centroizquierda. Pedro es maquiavélico, está bien asesorado, y se ha puesto la piel del cordero degollado para ubicarse en la pena, en el voto de la lástima, entre los fachas y los intransigentes.

Desinflar a Ciudadanos empujándolo a la derecha, e igualar al PP con Vox. Es la estrategia con la que sale el PSOE. Por lo cual Ciudadanos y el PP deben esforzarse en demostrar lo contrario. Sobre todo Ciudadanos, que será buscado como socio por Pedro Sánchez si le cuadran las cuentas, puede que también para las municipales en varias ciudades. Es una contradicción, pero Sánchez tiene muchas y las maneja con soltura. Ofrece unos principios y los contrarios, con tal de seguir en el poder.

El modelo andaluz debe demostrar que funciona antes del 28 de abril. Juanma Moreno y Juan Marín tendrán mucha responsabilidad en los resultados de sus partidos. El Gobierno andaluz está arrancando, pero ya podrían anunciar algunas medidas vistosas. Aún van de pardillos, mientras en La Moncloa funcionan a decretazos semanales, con populismo y recordando al generalísimo muertísimo. En la Junta pueden gobernar ya, que se vea. Con decisiones esperadas. Combatir con las armas del poder.

El escenario para después de abril y mayo está plagado de incertidumbres. El modelo andaluz puede extenderse, o romperse incluso en Andalucía.