Solvencia, un estilo bien definido y efectividad con el contrapunto archimanido de cierta permisividad en el área propia. Son las sensaciones que habitualmente emite el Betis de la hora y que se acentuaron en el ensayo de antier noche en el Algarve. Fue, además, ante un equipo con prosapia y sin sus mundialistas, pero que se contrapesa con que tampoco el Betis contó con los suyos, que son tres y ciertamente importantes.

Aparte de la enjundia del rival que le da tanto color a la victoria, la satisfacción de comprobar cómo los automatismos imprescindibles en todo equipo que sabe a qué juega van adquiriendo su mejor tono. Eso en el apartado general, pues en el individual hay que alegrarse por la actuación de Camarasa, un futbolista por el que apostó con fuerza el Betis y que ya parece en condiciones de aportar lo que de él se esperaba y que tanto ha ido demorándose para preocupación generalizada.

Ayer, en la presentación de Inui y tras ser preguntado sobre posibles llegadas, Lorenzo Serra hizo hincapié en cómo abunda la polivalencia en el plantel verde, blanco y verde. Polivalencia en futbolistas como Javi García y algunos más que se une al buen rendimiento de algunos canteranos que andan a las órdenes de Setién. Y es que las verificaciones que se están llevando a cabo en este tiempo de laboratorio contribuyen a optimizar un ambienta ya, de por sí, muy optimista.

El buen estado anímico del beticismo se comprobaba una vez más con ocasión de la puesta de largo del japonés Inui, un futbolista que aúna la mercadotecnia con su valía en la cancha. Decíamos el otro día que vive el bético días de vino y de rosas, tanto en lo que se refiere al aspecto deportivo como al social. Y es que basta con darse una vuelta por el club y su zona de influencia para darse cuenta de que las cosas no son por casualidad, sino causadas por un adecuado manejo.