La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

De niño a candidato

El salón se llena para oír hablar a Beltrán Pérez de urbanismo por lo que pueda pasar el 26 de mayo

El candidato del PP, Beltrán Pérez, presentó ayer su propuesta para el PGOU, que pretende modificar mediante una revisión parcial si alcanza la Alcaldía. Los asuntos del urbanismo duermen a las ovejas cuando en realidad son fundamentales. Quizás la culpa del sueño, como siempre, la tengan los urbanistas al haber vendido tanto humo en los años del cuerno de la abundancia, así como los medios de comunicación al haber venteado mercancía infumable. Los tantas veces denunciados excesos no sólo se dan en la información de cofradías o en la deportiva. Pérez quiere crear la gran plaza del Prado de San Sebastián, una gran idea que Rojas-Marcos no pudo llevar a cabo; el edificio central del Ayuntamiento en la Cartuja, que recuerda al proyecto que Soledad no pudo sacar adelante, y potenciar el río, una reivindicación en la que todos los candidatos a la Alcaldía ponen siempre especial empeño. Hemos conocido un rosario de promesas sobre el Guadalquivir en los últimos veinticinco años: su conversión en la "calle ancha de Sevilla", los catamaranes para ir a la Feria, las piscinas fluviales, la recuperación de los terrenos de los clubes privados, etcétera. El candidato Pérez fue el último concejal por el PP que salió elegido en la lista de Raynaud en las municipales de 2003. Tiene mérito que de ser el último, el niño Beltrán, ha pasado a ser el primero de la candidatura dieciséis años después. De aquel joven de camisas entalladas al concejal curtido de hoy, el mismo que ha prosperado en el partido y en el Ayuntamiento con casi todo en contra. El salón donde se presentó el programa urbanístico del PP para la capital estaba lleno de público. Y eso llama la atención porque el PP no sale bien de las encuestas nacionales. Es una marca electoral herida y pendiente de una larga cicatrización. Los sondeos auguran un bajonazo de Casado en las elecciones generales, donde en Sevilla sólo estarían garantizados dos de los cuatro escaños que actualmente tiene la formación de la gaviota. El joven edil de 2003 se ha topado con una situación muy adversa en la que, además, tiene que vérselas con un alcalde socialista que carece de aristas. Por eso el lleno de ayer es un estímulo para Pérez: ser del PP en estos momentos y hablar de urbanismo es una oferta poco atractiva para llenar cualquier estancia. Acaso un taxi. O un cabify. Pero el personal desde el pasado 2 de diciembre no las tiene todas consigo y ya no da por hecho tan alegremente que Espadas repetirá. A ninguno de los dos principales candidatos le sopla a favor el viento nacional. Uno porque su líder (Casado) lo tiene crudo y otro porque lo tiene crudo con su líder (Espadas con Sánchez). La vida es un río a la espera siempre de un catamarán.

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