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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

El 'no-caso Cabrera'

El 'no-caso Cabrera' demuestra hasta qué punto la Policía Local de Sevilla es diligente y eficaz

La juez ha dado carpetazo al ya no-caso Cabrera con un auto un tanto Rottenmeier en el que le echa la bronquita a Vox por instrumentalizar la querella con fines políticos. Como diría el querido capitán Renault en Casablanca: "Qué escándalo, qué escándalo, he descubierto que aquí se juega". Si en España los partidos políticos (empezando por el del señor Cabrera) dejasen de usar la Justicia para sus intereses (eso que los tertulianos llaman "la judicialización de la política") los tribunales podrían centrarse en los verdaderos problemas legales de los ciudadanos. Pero mucho nos tememos que eso, con o sin caso Cabrera, no ocurrirá.

Como dijimos en su día, era la juez la que debía decidir si había o no caso Cabrera, no los periodistas ni los políticos (que, por supuesto, tienen todo el derecho del mundo a mostrar sus opiniones y certezas). Y eso es lo que ha pasado. Su señoría ha hablado y a nosotros nos toca decir amén, no nos vayan a confundir con Puigdemont. Vox, que en esto y muchas otras cosas es muy del refranero viejo castellano y gusta de "sostenella y no enmendalla", ya ha anunciado que recurrirá el archivo a la Audiencia Provincial. Por supuesto, estaremos muy atentos. En días como hoy recuerdo la frase que hace apenas dos semanas me dijo el gran abogado José Manuel Sánchez del Águila en una entrevista: "La verdad existe: cada uno tiene la suya". En este lío del edil Juan Carlos Cabrera en el Principico se ha comprobado muy claramente.

Cabrera, pues, es plenamente inocente. Pero no estaría bien dejar pasar la oportunidad de felicitar a la Policía Local de Sevilla, que ha demostrado que, a veces, es capaz de desplegar una eficiencia propia de los Hombres de Harrelson. En el no-caso Cabrera ha dejado claro que todas esas quejas del populacho de que los guindillas no persiguen con la suficiente celeridad a los hosteleros tramposos y bullangueros, aquellos que no respetan las ordenanzas ni las más elementales normas de civismo y educación, es pura palabrería de vecindonas aburridas. Es más, nuestros guardias municipales son capaces de hacer un día de Reyes todo un despliegue de fuerza y diligencia en un restorán-jardín de Los Remedios por puro sentido de la obligación, sin que tuviese nada que ver el hecho de que su jefe político hubiese protagonizado allí, minutos antes, un altercado con unos camareros y un patrón que, después del calentón inicial, entraron en un silencio marmóreo. Repito, enhorabuena a nuestra Policía Local, especialmente al jefe superior del cuerpo.

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