Nueva noche electoral, lo trascendental es lo que pase hoy en su ciudad; lo sustancioso, lo que ocurra en Madrid. El PSOE no gobierna en esta comunidad desde la época de Joaquín Leguina. El candidato socialista, Ángel Gabilondo, parece el único cuerdo en esta cafetería de la Guerra de las Galaxias que es la competición madrileña. El casting de Pablo Casado puede costarle una nueva derrota. Isabel García Ayuso es un ser tan inexplicable como Isabel Serra, la candidata de Unidas Podemos que se sintió indignadita con las máquinas oncológicas del dueño de Zara. Si el PP pierde, además, Castilla y León, lo que también puede ocurrir si hay un pacto entre Ciudadanos y el PSOE para dar la alternancia a los 30 años de gobiernos populares que inauguró Aznar, Pablo Casado no podrá aguantar mucho tiempo en la sede de Génova. Y si se enroca, será peor para su partido, porque el PP se enfrentará a cuatro años de luchas cainitas. La tentación de rectificar el congreso nacional será inevitable. La imagen electoral de España de esta noche será de las más precisas, fácil de interpretar porque, a la vez, se vota al Parlamento Europeo con una circunscripción única. Mejor sondeo electoral, imposible. Hace cinco años, las europeas le costaron el cargo de secretario general a Alfredo Pérez Rubalcaba y fue la última pieza de la abdicación real.