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Por montera

mariló / montero

La olla de Boston

UN centro comercial. Una de sus cámaras que graba. Una cinta que proyecta una imagen. La meta del maratón de Boston. Multitud de gente que se agolpa en las vallas que delimitan la carrera. Un hombre que deposita una mochila en el suelo. Un comportamiento anómalo. Una explosión hace estallar en pedazos a centenares de esos espectadores y entre el humo él que sale corriendo mientras esquiva a los heridos. La cámara lo circula en color blanco para destacarlo del resto de la secuencia oscurecida. Se pide colaboración a los ciudadanos para que llamen a un número de teléfono donde poder aportar una pista para tirar del hilo hasta la casa de ese corredor que huye contra la maratón.

Una mochila gris y naranja. Otra negra, acolchada o de nylon. Dentro una olla repleta de explosivos y metralla, cargada de clavos y perdigones que provocarán mayores destrozos entre las víctimas. Las ollas, ya lo dice en un informe el FBI, son bombas caseras. Pertenecen a la categoría de artefactos denominados IED, que en sus siglas en inglés se traducen en Artefactos Explosivos Improvisados. Son armas de muy fácil acceso para los terroristas y criminales. Y, en el mercado de los atentados, crece su consumo. Al Qaeda publicó éste año en su revista Inspire los consejos para "fabricar una bomba en la cocina de tu mamá".

Las ollas bomba han sido utilizadas en atentados de países como Afganistán, Pakistán, en Times Square y nueva York. ETA, también las ha utilizado. Una olla Fagor de las 50.000 piezas que se exportan, desde España, a EEUU y de tantas miles que se venden a lo largo del mundo. Y en los restos de su contenido está la clave. Obama no sabe si lo ha hecho un loco o varios. Si la autoría pertenece a un grupo terrorista u organización autóctona o extranjera adscrita a alguna ideología o no. El autor pensó en matar. ¿Por qué? No se sabe. Preparó la bomba en la cocina de su mamá. La metió en una mochila y se fue al maratón más centenaria y una de las más prestigiosas. ¿Por qué? Hizo explotarla y huyó. ¿A dónde? Nadie ha reivindicado el atentado ¿Por qué? Nadie amenazó previamente ¿Por qué? Obama pide pistas. Las televisiones proyectan la secuencia en un sinfín con un número de teléfono donde los testigos dejan sus versiones. Las cartas impregnadas de ricino no parece que tengan relación. Pero ¿Por qué? Y los investigadores estudiando cada detalles y revisando la cinta mil veces buscando un frame"desde donde tirar del hilo hasta llegar a la puerta del dueño de la cocina donde estaba la olla de su abuela. Tengo la certeza de que pronto sonará ese timbre y con los grilletes en las muecas, ese cocinero de personas, responderá por qué.

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