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El balcón

Ignacio / Martínez

A un panal de rica miel

EN el juicio por prevaricación contra el juez Elpidio José Silva, por haber encarcelado dos veces al ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa dijo que el magistrado le había perjudicado gravemente: "He sufrido mucho en mi vida personal, por el daño que ha hecho a mi familia y a mi prestigio profesional, que lo tenía". Seis meses después el prestigio que tuviese Miguel Blesa ha quedado más mermado aún, por otro escándalo surgido de las cloacas de Caja Madrid. Los complicados acuerdos para conseguir una mayoría que le llevara a la presidencia de la caja no estuvieron cogidos con alfileres, sino con atenciones sin control. Un panal de rica miel.

Si necesitáramos una foto para describir el agotamiento de los partidos y organizaciones que protagonizaron hace 40 años el inicio del actual régimen democrático tras la muerte del dictador, la lista de beneficiarios de las tarjetas negras de Caja Madrid es perfecta. Además de su sueldo y de una tarjeta de crédito oficial, 83 beneficiarios se gastaron más de 15 millones de euros sin justificar, durante los diez años. En la contabilidad de la caja se saldaban pagos de ropa, comida, regalos, restaurantes, viajes o dinero del cajero como errores informáticos y los apuntes los llevaba a mano una secretaria. A mano, igual que Bárcenas anotaba ingresos y gastos en su tesorería B del PP.

Como el Gordo de Navidad, los premiados con tarjetas negras están muy repartidos: 28 del Partido Popular, 15 del PSOE, 6 de Comisiones Obreras, 4 de Izquierda Unida, 4 del UGT, 3 de la patronal madrileña, 1 de la CEOE (su presidente, Díaz Ferrán), 1 de Unipyme y 20 directivos. El campeón de los políticos es Moral Santín, de IU, que gastó una media de 45.000 euros al año durante la década. Este profesor universitario fue expulsado de la organización, después de haber estado entre la presidencia de Telemadrid y la vicepresidencia de la entidad financiera ¡más de 20 años! Blesa, designado por el PP para la presidencia, hizo un uso similar de la tarjeta. Vidas ejemplares.

Todo esto engorda a Podemos y abona su teoría de una casta en la que las diferencias son difíciles de apreciar. Y da la razón a las denuncias iniciadas por UPyD, el otro partido que ha hecho bandera de la regeneración democrática. Ahora llueven las dimisiones por doquier. Es un consuelo. Entretanto, el juez Silva está pendiente de una sentencia que le puede dejar sin empleo. Y Miguel Blesa sigue en libertad, aunque seriamente perjudicado en su prestigio profesional, el pobre. Está siendo duro este fin de régimen.

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