NO se puede iniciar una campaña mintiendo. Desgraciadamente, porque el PSOE es un partido esencial en nuestra democracia, fue el caso de Pedro Sánchez en la noche del jueves y lo ha seguido siendo en los días sucesivos. El calentón mitinero, la estrategia electoral y el pánico ante las encuestas consienten la exageración, pero no la mentira.
Dicen que el Rey pidió a Rajoy y a Sánchez que no utilizaran la cuestión catalana y el terrorismo en la campaña. Pues en la misma apertura del jueves Sánchez dijo que "es el momento de decir basta a quienes levantan muros cuando los catalanes y el conjunto de españoles comparten los mismos problemas que, por cierto, han provocado juntos Mas y Rajoy, Rajoy y Mas". Muy bien. Además de desoír una petición sensata para que no se reproduzca la vergüenza del 14 de marzo de 2004 (que afectó a todos los partidos por igual), Sánchez miente repartiendo las culpas del grave problema catalán entre Rajoy y Mas. De vergüenza.
Como de vergüenza es que en esa desafortunada primera comparecencia afirmara que, si llega a La Moncloa, derribará "todos los muros que ha construido la derecha" desde 2011 recortando derechos y libertades con las nuevas leyes laborales, educativas, de seguridad ciudadana y con la reforma de la ley del aborto que recorta la libertad de la mujer. Sobre las leyes laborales, educativas o de seguridad caben opiniones a favor o en contra y el señor Sánchez tiene todo el derecho del mundo a derogarlas si llega a La Moncloa, ya sea apoyado por Ciudadanos, por Podemos o -como ha afirmado reivindicando el frentismo contra el PP- por los dos, porque parece difícil que pueda llegar con sus propios votos.
Pero en lo del aborto miente. La única y tímida reforma introducida por un atemorizado PP que es muy consciente de que representa una nueva derecha consumista, indiferenciable de la izquierda consumista, y de que la mayoría social, también en la derecha, apoya el aborto libre como un bestial anticonceptivo, consiste en que las menores de 17 años precisen del consentimiento de sus padres o tutores para abortar. ¿Sánchez cree de verdad que corresponsabilizar a los padres de las menores de edad en tan gravísima cuestión, que tiene que ver con la salud física y psíquica de su hija y con la muerte de su futuro nieto, supone recortar las libertades de la mujer? Si no lo cree es grave que mienta en esta cuestión. Y si lo cree es aún peor.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios