EL pasado está llamando a las puertas, toc, toc, el populismo es un mentiroso de masas que promete agua al sediento, una patria al confundido y un abrazo al indignado. Volvemos a unas urnas que debían de haber estado cerradas durante cuatro años, nunca se tendrían que haber repetido estas elecciones, este dispendio, esta anomalía del parlamentarismo, esta falta de generosidad de tres dirigentes que han preferido el fracaso compartido a perder para ganar la honra. El populismo llama a las puertas y los partidos tradicionales lo asimilan para no perder, pero aquí ya hemos perdido todos. ¿Por qué temer una victoria del UKIP si el Partido Conservador británico es el que ha sacado al Reino Unido de la Unión Europea? Hoy se abre una nueva oportunidad, no para los ciudadanos, que irán como padres comprensivos a votar de nuevo para resolver la trastada de los chiquillos. No, la oportunidad es la de los dirigentes de PP, PSOE y Ciudadanos. Ante el ascenso del populismo en toda Europa y nuestro particular sarpullido en forma de referéndum en Cataluña, País Vasco, Galicia, y lo que sea, oiga, y dos huevos duros, España debería dotarse de un Gobierno amplio, serio y que se adelante a estas turbulencias, que vuelva a liderar algo en Bruselas, la llamada a la urgencia de la regeneración ante los aporreos en la puerta del pasado.