Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

No ha pasado nada

La pandemia y sus efectos sanitarios y económicos no han pasado factura al Gobierno andaluz

Lo más importante que ha pasado en la política andaluza durante este año de desgracia de 2020, que ya enfila su recta final, es que no ha pasado nada. O, dicho de otra forma: la pandemia y sus efectos de colapso sanitario, hundimiento económico y crisis social no ha hecho más que algunos arañazos superficiales en la piel del Gobierno del cambio -llamémosle así para entendernos, porque habría mucha tela que cortar al respecto-, que se ha mantenido sin problemas y que enfila la segunda parte de la legislatura con sólidos apoyos y envidiable estabilidad parlamentaria y presupuestaria. Esta semana lograba que Vox se olvidara del enfado madrileño de Abascal con Pablo Casado y le ha dado a Juanma Moreno el oxígeno necesario para terminar esta legislatura y encarar en muy buena posición una posible renovación. Todo ello a cambio de casi nada: unas pocas chucherías ideológicas de menor cuantía y a otra cosa. Negocio redondo. Lo que ya no va a poder evitar Moreno -ni tampoco, por cierto, Juan Marín- es deberle a un partido tan inestable la estabilidad y haberse tenido que plegar una y otra vez a una escenificación en la que los muchachos de la España que madruga le perdonan la vida.

Pero todavía mayor deuda tiene contraída Moreno con su oposición y muy especialmente con Susana Díaz. Si todo lo que ha pasado en Andalucía en los últimos ocho meses ha reforzado la figura del presidente de la Junta y no ha erosionado la de su Gobierno ha sido por mérito propio y por haber sabido manejar la comunicación por lo menos tan bien como la gestión. Pero no hubiera sido posible si enfrente una oposición articulada y con argumentos le hubiera dado réplica. Y eso es lo que ha faltado en Andalucía. Los socialistas no han sido capaces de ofrecer un discurso alternativo que calara. Tampoco de proyectar una imagen de cierre de filas con el Gobierno para hacer frente a la mayor emergencia sanitaria y económica que ha conocido Andalucía. Se han quedado en una irrelevante tierra de nadie en la que sólo tenía que ganar, como así ha sucedido, el presidente de la Junta. Al PSOE andaluz le está costando mucho hacerse con el papel de oposición. En primer lugar, por la falta de costumbre, pero también porque ese papel le ha tocado en medio de una difícil situación interna que les consume demasiadas energías.

Por todo esto, el balance político del año del Covid lo ha pasado Juanma Moreno con comodidad y sin más contratiempo que algunas protestas del estamento sanitario que se han quedado en nada. El acuerdo con Vox de esta semana para sacar adelante el Presupuesto despeja todos los horizontes para Juanma Moreno. Y los ensombrece aún más para Susana Díaz.

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