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Un día en la vida

Manuel Barea

mbarea@diariodesevilla.es

Contra el patinetismo

Los patinetes están por todas partes. Cualquier día me encuentro a dos en la barra del bar

Hay quien dice que el patinete es el vehículo del futuro. Sobre el futuro, en todo momento, a lo largo de la historia de la Humanidad, se han dicho muchas gilipolleces, así que una más a estas alturas poco importa. [Inciso: el único vehículo de nuestro futuro es el andador o taca-taca.] Tampoco acertar confiere a quien lo dice la condición de visionario. No es complicado: industria y novelería se dan la mano y brota el negocio. Para la novelería, se sabe, ayuda mucho una carencia total del sentido del ridículo, y de eso aquí vamos sobrados. Miren, un adulto encima de un patinete es una imagen ridícula. Vale, usted quiere moverse en patinete. Bien. Perfecto. Está en su derecho. Usted es un tipo serio, recto, respetable. Encima del patinete no. A su edad, encima de ese artefacto, tanto si está ternesco como si es un tirillas, recorriendo la ciudad a toda hostia, queda usted mamarrachento. Cierto, usted y todos los que hacen como usted llegan a tiempo a donde sea que tengan que llegar, y descansados y sin sudar -aunque sobre esto tengo mis dudas- y por supuesto dando crianza a unas varices del grosor de una soga de pozo. Es que se les va a olvidar cómo se anda: primero un pie, luego el otro. Así se hace, y se va hacia delante. No, no estoy diciendo ningún disparate. Leo una entrevista al delegado de Medio Ambiente y Movilidad de Madrid, un tipo del PP, y va el tío y dice: "Queremos que los madrileños puedan utilizar a lo largo del día, de manera indistinta, el metro, el bus, el taxi, la bici, el patinete o incluso realizar algún trayecto caminando". ¡Incluso realizar algún trayecto caminando! Cambiese el "madrileños" por "sevillanos". Bueno, aquí no vale lo del metro -sin comentarios- y en cuanto al taxi... ¿por qué no verlo como una aventura? La experiencia puede llevarnos a veces de la tragedia griega a una escape room sin descartar el sainete alvarezquinteriano. Pero volvamos a los patinetes. Es como si hubieran cobrado vida. Están por todas partes. Cualquier día me encuentro a dos en la barra del bar. ¿A las personas que los utilizan no les enseñaron sus madres de pequeños a recoger "los tiestos"? Parece que no. Y ahora, de adultos, siguen dejándolo todo "por medio". Sí, hombre, sí. Ya sé que el negocio consiste en eso: va usted con el patinete alquilado a un sitio. Llega y ahí lo deja, sin problema. Donde sea, obstruyendo la acera, ante un paso de peatones o delante de una puerta. Qué más da. Que lo recoja otro.

Esto de que aparezca mi jeta con el artículo no es bueno. El día que un grupo reivindique un destrozo de patinetes van a venir a buscarme para interrogarme. ¿Que si tengo algo que ver con lo ocurrido? Quién sabe, igual me toman por uno de los fundadores de la banda. O me acusan de ser el autor intelectual.

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