Gafas de cerca
Tacho Rufino
Nada más distinto que dos hermanos
Nos alertan de los efectos de la inteligencia artificial. Siempre hay agoreros, anunciadores de desgracias y alborotadores de guardia dispuestos a amargarnos cualquier momento de distensión. De la crisis de 2008 a la pandemia. Del turismo depredador a la fuga de talentos, pasando por la sequía o los condenados por asesinato en las listas de Bildu para las municipales. A veces bastaría con que la cantidad de mensajes que recibimos al día no supusieran un insulto a nuestra... inteligencia. Todo está pasado de rosca, sobrevalorado y crispado. Que en este contexto siga habiendo una jornada de reflexión suena a música celestial. Que haya 24 horas libres de recibir peticiones de voto tiene su encanto.
Un conocido empresario y escritor andaluz me escribió esta semana un correo que ahora viene como anillo al dedo: “Llevo unos días un poco disperso. He acabado de darle el último repaso a una nueva novela ambientada en 1976, en plena Transición y, sin querer, me he impregnado de lo que viví en aquella época (yo tenía 19 años) y lo he comparado con la actualidad. Me he tomado un par de semanas sabáticas. Ni leer ni escribir, sólo escuchar música y hacer algo que no acostumbro a hacer: ver la tele. Y justo ahí ha saltado la liebre. Desde la pequeña pantalla nos hablan como si fuésemos bebés. Todo son sonrisas, ternuras, grititos, jijís y jajás. Personajes estereotipados que son muy buenos o muy malos. Blancos o negros. Creo que se trata del efecto de una educación sesgada y falsa con el objetivo principal de crear ciudadanos manejables y sin criterio. Al final el señor ZP (pazzzzz) ha triunfado con sus mundos de Yupi. En la próxima generación apenas habrá gente preparada para otra cosa que no sea dejarse llevar y tragar con todo siempre que sea dicho con una sonrisa beatífica de la Yolanda de turno. Además, creo que la guinda a todo esto la pondrá la Inteligencia Artificial que acabará de confundir la realidad con la mentira. ¿Habrá I.A. con perspectiva de género? Creo que vosotros, los periodistas serios, tenéis la obligación de ir alertando de esta situación, porque los políticos, que se supone que deberían luchar contra ello, andan muy despistados mirando las musarañas”.
Pues amarrémonos los cinturones porque vienen días de Jauja donde sufriremos muchos selfies y pocos análisis serios. Pan y circo a lo bestia. Eslóganes, proclamas y frases con intenciones de dardos. Sabemos que la marejada, al menos, nos llevará a la playa serena de la reflexión. Yel domingo 28 todos ganan. Las municipales solo las perdió un tal Alfonso XIII.
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