La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Las pelotas del 28-F

Tras la carta de ajuste de la presidenta del Parlamento llegó la honda excelencia del discurso de Burgos

Qué bien lo hemos pasado este 28 de febrero de los 40 años del referéndum, que no del Estatuto como anunció Eva González (pinrel metido) en las vísperas tuiteras. Estábamos absolutamente decaídos durante toda la mañana por los discursos políticamente correctos de sus señorías, entrando y saliendo del plenario de las Cinco Llagas, cuando nada parecía que nos iba a liberar del estado de aburrimiento solo compensado por las estéticas de Locomía o de cotillón de fin de año ochentero que se apreciaban en el Parlamento. No diremos nombres, que se nos echan encima las hordas del pensamiento único.

La intervención de la presidenta de la Cámara no pudo ser más plúmbea. La carta de ajuste del tardofranquismo hubiera generado más animación. Hasta entendimos al cordobés Alejandro Hernández (Vox) cuando dijo en Canal Sur Radio (mis saludos al gran Jesús Vigorra) que le sonaba reiterativo el mensaje sobre la violencia machista.

Ciertamente una cosa es repetir mantras y otra muy distinta aportar soluciones, esbozar nuevas líneas contra esta lacra y proponer nuevas vías para reducir los delitos. Nada de esto hubo. Oiga, el 28-F y un asunto tan delicado merecen algo más comprometido que un mensaje propio de redacción de fin de curso del extinto COU. No podemos acostumbrarnos a decir lo mismo en días conmemorativos, pregones de Semana Santa y otras fiestas de guardar. Hace tiempo que suena a hueco por mucho que se trate de discursos institucionales.

Menos mal que llegó Burgos y subió el nivel de la mañana después de sufrir las típicas reacciones políticas al discurso oficial. La de Podemos, señora Rodríguez, nos rejuveneció al retrotaernos a los años escolares. La del portavoz del PSOE, maese Fiscal, nos alivió porque tocaba arrear estopa tras el sopor sufrido. Burgos colocó a Andalucía donde correspondía, en toda su grandeza. Y qué mejor vía que la lírica con estilo, la poética con conocimiento y hondura, y un sentimiento auténtico y refinado para glosar siglos de historia. No me cuenten milongas prefabricadas ni mucho menos forzadas. Olvídense de afectaciones y manierismos exagerados basados en impostadas riquezas de vocabulario que se aprenden como la lista de los reyes godos. La excelencia de este 28-F estuvo en Antonio Burgos, al que el presidente Moreno dedicó con tino el único adjetivo que un gobernante debe a un periodista: "Insobornable". Sobró el número de las pelotitas blancas y verdes al final de la ceremonia. Absolutamente prescindible, como el tono de velá de barrio (tuteo incluido a los asistentes) de la presentadora. Las pelotas ya estaban demostradas al hacer justicia con el autor del ensayo sobre Andalucía publicado en 1971.

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