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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El peor enemigo del PSOE

Sánchez está tan desacreditado incluso entre los suyos que ojalá convoque elecciones. Por el bien de España y del PSOE

Si Sánchez firma el acuerdo de los Presupuestos con Pablo Iglesias, el documento está encabezado por los logos de Podemos y el Gobierno de España, ambos lo presentan en un acto institucional y se fotografían sonrientes dándose la mano, no pasa nada. Si Vox se suma a la manifestación constitucionalista convocada ayer por el PP y Ciudadanos, ambos quedan manchados. Por lo visto el populismo de izquierdas no mancha y el de derechas sí.

Esta manipulación sectaria es asumida incluso por algunos actores políticos. La retransmisión del acto en la Sexta escudriñó los lugares que ocupaban Casado, Rivera y Abascal. Y resaltó que Valls no subió a la tribuna. Los de la Sexta lo buscaron, encontraron, entrevistaron y sometieron a un tercer grado. Pero les salió mal: Valls dijo que estaba allí porque defendía la Constitución, la democracia y la unidad de España. Le apretaron para que dijera algo sobre su reticencia a asistir y lo negó, afirmando que estaba orgulloso de estar allí junto a Rivera y personalidades como Vargas Llosa, y criticó, como candidato a la alcaldía de Barcelona, el populismo de Colau. Volvieron a preguntarle por Vox, pero como no es tonto dijo que estaba allí apoyando la democracia representativa contra los independentistas y los populistas eurófobos de izquierda y derecha, criticó a Sánchez y defendió el espíritu de concordia del 78. Fracasó el tercer grado.

Hay que insistir en lo sectario de dar por buena la alianza entre el PSOE y Podemos a la vez que se exige un cordón sanitario que aísle a Vox y se sataniza a quien los roce. Un conocido fascista, Fernando Savater, ha dicho que la mayoría de las propuestas de Vox no le gustan, pero "no pretenden pasar por encima de la Constitución", mientras que "Podemos pretendía saltar por encima del Estado de derecho y además tuvo mucho más apoyo mediático y de votos".

En cuanto a Sánchez, está tan desacreditado incluso entre los suyos -acaba de sufrir una formidable andanada encabezada por los históricos líderes socialistas González y Guerra- que no es necesario manifestarse contra él: quienes piensan por sí mismos, voten lo que voten, saben de su incompetencia, debilidad intelectual y egolatría; y quienes le apoyan lo seguirán haciendo contra toda evidencia y realidad. Una irracionalidad que Sánchez alimenta creando monstruos y alimentando miedos. Ojalá convoque pronto elecciones. Por el bien de España y del PSOE.

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