Puntadas con hilo

María José Guzmán

mjguzman@grupojoly.com

El perfil de Espadas

¿A quién beneficia que el alcalde repita tanto que no será el blanco a batir dentro de cuatro años?

Cuando Juan Espadas se presentó públicamente como candidato , allá por 2010, le podía su timidez. Caminaba rápido por el centro, esprintando, con gafas de sol , y evitaba las miradas de aquellos que creían haber reconocido a un aspirante a la Alcaldía. Quienes menos lo querían en su propio partido decían que era un triste, con buenas ideas y poca gracia. El socialista y su principal rival, el popular Juan Ignacio Zoido, eran la noche y el día. Y, ojo, esa diferencia era uno de los grandes valores que esgrimía en su carrera por la Alcaldía.

Nueve años después, el aprendizaje experimentado por el hoy alcalde, que afronta su segundo mandato en el gobierno, es digno también de un velocista. Hasta el punto que algunos, con poca gracia también, se afanan en buscar semejanzas con su antecesor en algunos tics y hasta parecidos físicos, más o menos razonables. Y hay malas lenguas que apuntan que le convendría cortarse un poco y evitar algunos comentarios. ¿Cuáles?

Por ejemplo, que se reitere tanto sobre su decisión de autolimitar de sus mandatos. Ya ha dicho por activa y por pasiva que no repetirá como candidato y eso no acaba de gustar a algunos de su entorno porque en tanta insistencia ven un ansia desmedida y poco recomendable por dar el salto a otro nivel de la política. Sí, es consciente de que está en las quinielas del PSOE andaluz. No lo oculta. ¿Está jugando con eso? Otros piensan simplemente que se ha equivocado y que ahora le cuesta rectificar en un afán por rebatirlo siempre todo. Con lo fácil que hubiera sido decir que cuando termine el mandato estará, como es lógico, a disposición de su partido... No habría tema.

Pero Espadas está yendo un poco más allá. En la entrevista que ha dado este fin de semana a este periódico, el alcalde, ante la posibilidad de que la oposición se alíe contra él, responde con una advertencia: que se relajen (literal), porque él ya ha dicho claramente que no es el objetivo a batir en las próximas municipales.Tal vez no, es el objetivo a batir en los casi cuatro años que restan de mandato, un periodo que él mismo se ha encargado ya de recortar porque, sea cual sea el escenario, el debate de su sucesión tendrá que abrirse al menos un año antes de la convocatoria de elecciones municipales. Y, es lógico, eso vendrá precedido por unos meses de guerra fría entre los posibles aspirantes a ocupar la vacante.

¿A quién beneficia eso? De entrada, sólo a la oposición que, dicho sea de paso, todavía no ha despertado. Espadas también se refiere a ese perfil bajo cada vez que tiene ocasión. Y es entonces cuando aparece el tono desbordado de Espadas que confunde a todo aquel que lo tenía por un político sensato y moderado, esa templanza que argumentó precisamente para revalidar la Alcaldía en los últimos meses. ¿Está demasiado subido? Los resultados electorales fueron una inyección de autoestima. Hasta ahí, bien. Pero el mandato corre desde hace meses y hay temas que no permiten más demora ni en la gestión ni en la oposición que debería empezar a ejercer una mayor presión, que, en definitiva, es su rol.

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