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Crónica personal

Pilar / cernuda /

Con permiso

CON permiso, esta periodista va a discrepar de la encuesta del Instituto Elcano que afirma que un porcentaje alto de alemanes piensan que España es un país de corruptos, vagos y pobres. Un organismo como el Instituto Elcano debe trabajar en sondeos que vayan más allá que tres mil encuestas realizadas a través de internet, pero además hay algo que los profesionales de la sociología llevan a rajatabla: la introducción de elementos correctores, que es donde se demuestra si los responsables de las empresas de encuestas tienen el olfato que se exige a quienes deben analizar comportamientos, inclinaciones políticas, filias y fobias.

Por razones familiares y de amistad Alemania no es un país ajeno. Y si es evidente que hay alemanes que no ocultan sus sentimientos poco amables hacia los españoles, también se produce lo contrario: miles de españoles tienen a los alemanes por personas frías, cabezacuadradas, poco emotivas y que se emborrachan los fines de semana hasta perder el sentido. Sin embargo, sería muy injusto y escasamente profesional dar por válida esa imagen diciendo que corresponde a la percepción generalizada de los españoles.

Centenares de miles de españoles demostraron en Alemania, en las décadas oscuras de los cincuenta y sesenta, que trabajan hasta la extenuación, y docenas de miles de jóvenes españoles trabajan hoy en Alemania en cargos en los que deben demostrar su excelente preparación si pretenden mantenerse en sus puestos. Empresas alemanas dan trabajo en España a 800.000 personas, lo que indica que confían en esos españoles a los que contratan, y no hay mes en el que la Embajada de Alemania no anuncie que quiere españoles cualificados para trabajar en su país.

Los alemanes tienen muchos defectos, y aún más virtudes. Aún no han cerrado el capítulo de unión sentimental con la gente de la antigua RDA, todavía hay recelos y discriminaciones, y su canciller Merkel barre para casa con un egoísmo que la hace profundamente antipática al resto de los países europeos. Pero en el plano de las personas, demuestran a diario su cercanía con los españoles y muchos de ellos se han quedado a vivir en España porque les parece un gran país con buena gente, no sólo les atraen el sol y las fiestas.

Es injusto que, en tiempos duros, nada menos que un organismo español de prestigio presente una imagen tan negativa, y tan distorsionada, del sentir de los alemanes respecto a los españoles. Ese tipo de estudios hace un daño irreparable a los españoles.

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