EL Íbex 35 cerró la sesión de ayer con una caída del 3,45%, lo que llevó al selectivo a perder la cota psicológica de los 10.000 enteros (9.993,3) lastrado por Grecia. En el mercado de deuda, la prima de riesgo se colocó en 108 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,611%.

Los rumores sobre una posible salida de Grecia del euro preocupaban a las principales plazas europeas, que sufrían importantes caídas: París se dejó un 3,14%, Fráncfort un 2,73% y Londres un 1,9%. En el mercado de divisas, el euro se mantuvo en mínimos y se intercambió a 1,1929 dólares.

Repsol se convirtió en el farolillo rojo de la sesión, con un recorte del 5,84%, seguido de Caixabank (-5,2%) y Bankinter (-4,7%). Santander, con un retroceso del 4,5%, y Popular (-4,8%) completaron los primeros cinco puestos del ranking de caídas. Tan sólo IAG, con una subida del 1,44%, logró aguantar el tipo.

Los blue chips se tiñeron de rojo y registraron pérdidas que oscilaron entre el 5,8% de Repsol y el 1,8% de Iberdrola. Santander cedió un 4,5%, BBVA un 4,3%, Inditex un 3,38%, Telefónica un 3,36% y Endesa un 3,1%.

Los analistas explicaron que el Íbex 35 dilapidó casi 350 puntos en la sesión de ayer ante la incertidumbre del futuro griego, regresando al soporte de los 10.000 enteros. Precisaron que es "normal" contar a comienzos de año con jornadas cargadas de volatilidad "al no existir la liquidez suficiente como para aguantar entradas y salidas fuertes de dinero", algo a lo que contribuye la reestructuración de carteras por parte de los fondos de inversión.

"En este caso las dudas acerca de los resultados en los comicios helenos a finales de mes y sobre todo de las medidas que el grupo Syriza podría implantar a medio plazo, si efectivamente sale elegido, suponen a día de hoy un freno importante a la entrada de este dinero en bolsa europea", apuntaron.