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La esquina

josé / aguilar

La pizarra de Montoro

CON un desplante jactancioso impropio a la vez de su edad, físico y voz, el ministro de Hacienda le ha espetado al líder de IU, Cayo Lara, que los salarios no están bajando en España, sino que "están moderando su crecimiento", y se ha ofrecido a explicárselo con una pizarra.

La pizarra de Montoro tendría que servirle para confrontar sus datos con los que arrojan las estadísticas oficiales, más atentas a no vulnerar el principio de realidad. La encuesta trimestral de coste laboral refleja que los costes laborales llevan tres trimestres a la baja. La encuesta anual del INE ha detectado una reducción salarial del 0,8%. La contabilidad nacional ha constatado una caída constante de la remuneración por asalariado desde 2012.

Millones de empleados públicos y millones de pensionistas han visto congeladas sus retribuciones, lo que en la práctica -por el aumento de los precios- significa que han perdido poder adquisitivo, es decir, que sus salarios reales han bajado. También deben ser millones los trabajadores del sector privado que han sacrificado su nivel retributivo a cambio de mantener los puestos de trabajo. La única estadística que registra un leve incremento de sueldos es la de los convenios firmados. La más incompleta: se refiere a un porcentaje pequeño del total de asalariados y no recoge el incumplimiento de muchos convenios.

El ministro de Hacienda ha hecho, pues, demagogia. No sólo es desmentido por los organismos responsables de la estadística nacional, más otros de carácter privado, sino que lo desmintió -preventivamente- el presidente del Gobierno, que hace una semana presentó en Japón el descenso de los costes laborales como uno de los principales reclamos para que los inversores del Sol Naciente se fijaran en nuestra economía. Rajoy sabe también que la devaluación real de los salarios es la clave para que estén aumentando las exportaciones españolas. Montoro ha fingido no saberlo en una intervención parlamentaria de cortos vuelos y para consumo doméstico.

El lenguaje del poder no cesa en su empeño de tergiversar las cosas. Hubo un poderoso que a la crisis la llamaba desaceleración, otros han acuñado la expresión "crecimiento negativo" (gran oxímoron) y Cristóbal Montoro ha querido ridiculizar a Cayo Lara con los salarios que no bajan, sino que moderan su crecimiento. La pizarra va a tener que utilizarla para enseñarse a sí mismo el breve recorrido de su falacia.

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