Las playas sevillanas

La segunda área metropolitana sevillana es la que ya incluye playas, y llega a Chipiona y Matalascañas

Vaya veranito que llevamos. Después de lo que ocurrió en las elecciones de Andalucía, en los telediarios sólo hablan de la ola de calor. Se ha convertido la ola de calor en una sucesora perfecta de aquella pertinaz sequía de los tiempos de Franco. Póngase la voz de Matías Prats abuelo, para imaginar en modo Nodo: "La terrible ola de calor y la pertinaz sequía que asolan estos días a España ha llegado hasta la pérfida Albión, con temperaturas de 42 grados en Londres". La ola de calor facilita que se hable menos de las dimisiones de Adriana Lastra y Dolores Delgado por motivos de salud. Entre la regla dolorosa y demás, las feministas más heavys van a recuperar los tiempos del sexo débil, expresión de un machismo feroz, que la RAE cambió en el Diccionario en 2017, a los 41 años de morir Franco. Lo recuerdo para la memoria.

Entre la ola de calor y la pertinaz sequía, es natural que la gente se largue a las playas, a refrescarse. En los dichos telediarios, hablan de las playas de Madrid y las de París, que son unas playas artificiales, como la de María Trifulca. O sea, que no son de mar, como las verdaderas playas, con sus medusas. Esa es una ventaja de Sevilla con respecto a Madrid y París. Sevilla sí tiene playas: a una hora, o poco más, a una distancia de área metropolitana.

En realidad, Sevilla tiene tres áreas metropolitanas: la primera es la del entorno de la SE-30, y con la SE-40 inconclusa y sin túnel, ni puente, ni nada. La segunda área metropolitana sevillana es la que ya incluye playas, y llega hasta Chipiona, Matalascañas y sus respectivos alrededores. La tercera área metropolitana sevillana es la que alcanza hasta el sur de la costa de Cádiz y el oeste de la costa de Huelva. Todo eso está a una hora y media del palacio de San Telmo. Son trayectos metropolitanos.

Pero hay que llegar. La A-49 Sevilla-Huelva se colapsa en verano. Y a eso se ha sumado el colapso de la AP-4, ya sin el peaje, sobre todo en el tramo de Sevilla a Las Cabezas. Cuando se habla de las infraestructuras pendientes, se olvida el tercer carril entre Sevilla y Las Cabezas, el desdoble hasta Sanlúcar y Chipiona, y la autovía de la A-4, que se ha quedado muy inconclusa, como los túneles. Es necesario que no se despilfarre tanta gasolina en el camino de las playas. Es más práctico que las peroratas sobre el cambio climático.

El alcalde Muñoz podría promocionar las playas del entorno como un atractivo más. En Sevilla quien no se baña es porque no quiere. Y me refiero a bañarse en la mar salada, por supuesto. Las playas no forman parte de la provincia, pero eso es burocracia. Ya las quisieran en París.

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