La esquina

josé / aguilar

La plusvalía del rebelde

EL caso del senador Ramón Espinar y su pequeño pelotazo urbanístico -valga el oxímoron- no puede ser más representativo de la vieja política que él dice combatir. ¿Hay algo que caracterice mejor a la denostada casta que especular con los bienes públicos y, tras ser descubierto, alegar que todo es legal y que la denuncia procede de la máquina del fango puesta en marcha por el enemigo? ¿Cuántas veces hemos visto en PP y PSOE lo que ahora vemos en Podemos?

El escándalo tiene una dimensión minúscula, pero un significado grave. Sobre todo por la personalidad de Espinar hijo -el padre es el otro, el procesado por gastarse 170.000 euros con la tarjeta negra de Bankia-, que ha basado su actividad política en denunciar a los que compraban una vivienda como una inversión-pelotazo y va a pasar a la historia por hacerlo con la suya. El alguacil alguacilado. Un maestro de la doble moral.

Sus "explicaciones" tienen tan poca consistencia que si en vez de ser de Podemos fuera del PP ya se habría visto forzado a abandonar el escaño senatorial y retirar su candidatura a líder podemita de Madrid (que es lo que buscan, por cierto, los que han filtrado los datos de su cutre operación especulativa, que no se encuentran en el Íbex 35, sino en el propio Podemos). Sólo tiene razón en que no ha cometido ninguna ilegalidad. Pero no estamos hablando de legalidad, sino de ética, moral y honestidad.

Espinar hijo no ha podido, ni puede, explicar por qué un estudiante de 21 años con una beca de 450 euros mensuales se embarca en comprarse una casa, con trastero y dos plazas de garaje, de 146.000 euros, cómo es que no se dio cuenta de que con esos ingresos no iba a poder hacer frente a los 580 euros mensuales de hipoteca hasta que tuvo la vivienda en propiedad, por qué no renunció entonces a la casa recuperando todo el dinero ya adelantado a la cooperativa, y sólo ese dinero, y por qué esperó unos meses para revenderla ganando 19.000 euros netos sin despeinarse. Especulando. La vivienda dejó de ser para él un derecho para convertirse en una inversión. Se embolsó la plusvalía, como cualquier capitalista rapaz de los que retrata -retrataba- en sus mítines.

¡Hay que ver la relación tan extraña de los dirigentes de Podemos con el dinero! Repasen: los pagos venezolanos a Monedero, la beca de Errejón, la TV iraní de Iglesias, el asistente de Echenique sin Seguridad Social... Sólo Bescansa está libre de sospechas. Ella ya viene rica de casa.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios